martes, 26 de mayo de 2015

ESTAR EN EL MUNDO SIN SER DEL MUNDO

   Todo lo percibido y buscado en este mundo es polvo en el viento. 

  Sé un oasis, para tu prójimo, en medio de este escenario seco y polvoriento; abastece de 'Agua de Vida' a todo aquel que a ti llegue fatigado, desesperanzado y perdido; a todo aquel que sueñe con montar su hogar en sus arenas de promesas incumplidas o a ese otro que intenta, en vano, salvaguardar sus posesiones y logros que son sin remedio reducidos a polvo volando en el viento; abastece, también, al que te ataque o rechace; sé generoso, en ese oasis de Vida, y transmíteles a tus semejantes la realidad del Cielo, de lo infinito y lo santo, de la perfección del Amor que en ellos mora y del espíritu inmortal que los alienta; háblales de Dios y Su Reino, que es siempre aquí y ahora, y no de este mundo; porque Dios no sabe nada de lo efímero y sus angustias, de sus oscuros miedos, de sus furias, carencias o vergüenzas. Dios conoce y crea únicamente eternidad y plenitud.

   Estate en el mundo sin ser del mundo -como nos instó el Maestro- y la devastación que sobre él se abate no te alcanzará por la gracia del Altísimo, para que puedas extender ese oasis que sabe que el desierto no es más que un delirio febril producto de una idea equivocada tomada por cierta: creer que somos un cuerpo en un mundo de cuerpos; más, esta idea descabellada, es deshecha en el oasis de la confianza plena en el poder del Amor de Dios. No te niegues a ver lo evidente, aquéllo que se convierte en polvo no puede ser real. No te agarres a lo que se deshace, o llorarás. Sólo la Vida es Vida y no conoce la muerte. Sólo la Verdad es Verdad y no sabe de espejismos o dudas. Sólo el Amor es Amor y nunca se relaciona de forma especial ni diferenciando. Sólo la Eternidad tiene ciertamente significado. Sólo el Espíritu es vida y jamás el cuerpo; recuerda las palabras de Jesús, en Juan 6, 63: "El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son Espíritu y Vida." Y ahí, siempre ahí, encuentras paz y dicha perennes. Al espejismo del desierto le llega su fin y el Cielo, junto a su abundante Vida, a ti retorna.

KHAAM-EL




Medita las palabras, suéltalas después, y sé música viva.

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