domingo, 24 de mayo de 2015

TIÉNDELE TU MANO A CRISTO



   “Viendo a la muchedumbre, Jesús, subió al monte; y cuando se hubo sentado, se le acercaron los discípulos, y abriendo Él su boca, les enseñaba, diciendo:
   Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.
   Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán la tierra.
   Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
   Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, 
porque ellos serán hartos.
   Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
   Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
   Bienaventurados los pacíficos,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
   Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia,
porque suyo es el reino de los cielos.
   Bienaventurados seréis cuantos os insulten y persigan y con mentira digan contra vosotros todo género de mal por mí. 
  Alegraos y regocijaos, porque grande será en los cielos vuestra recompensa, pues así persiguieron a los profetas que hubo antes de vosotros.
   Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvirtúa, ¿con qué se la salará? Para nada aprovecha ya, sino para tirarla y que la pisen los hombres.
   Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse ciudad asentada sobre un monte, no se enciende una lámpara y se la pone bajo el celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a cuantos hay en la casa. Así ha de lucir vuestra luz ante los hombres, para que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre, que está en los cielos.

                                                                                                              Mateo 1, 5:16                                                                                              
      "En aquel tiempo, Jesús, dijo: «Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo les daré alivio. carguen mi yugo sobre sí y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontrarán descanso, porque mi yugo es suave y mi carga ligera."
                                                                                                                                             Mateo, 18:30

     "Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida:"
                                                                                                                                                  Juan, 8:12

    "Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no permanezca en tinieblas."
                                                                                                                                                Juan, 12:46

   "Dijo el Jesús: No se inquieten entonces, diciendo: '¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos vestiremos?'. Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan. Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana; el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su afán."
                                                                                                                                          Mateo 6, 31-34

* * * * *


    Mantente firme en la esperanza de plenitud que Cristo nos ofrece. Ora de corazón y recibe de corazón. Tiéndele la mano a Cristo. Acércate a Él, permitiéndole que ilumine tu sueño de dolor y te muestre el Camino al Cielo. Despertar... Retornar a la Luz -ser la luz del mundo- no es tanto el resultado de una evolución hacia un perfeccionamiento gradual de un yo pequeño, como la feliz consecuencia de la gracia del milagro de una rendición total a Dios y su Amor, que conlleva una auténtica revolución de la Conciencia, un reversión completa de la dirección de la atención, pasando del hacer al permitir, del obtener al compartir, del desear comodidades a un servir gozosamente de todo corazón. Renunciando a las ilusiones del mundo por Dios, con una confianza ilimitada que desdeña cualquier tentadora separación, en favor de la Unicidad; transitando resueltamente de lo efímero a lo Eterno, del miedo al Amor y de lo falso a la Verdad. 

   Despertar es un repentino y liberador tránsito de la aparente penumbra a la luz. Despertar conduce de la desdicha a la bienaventuranza, de la muerte a la vida. Despertar es un camino de consciencia, un darle la mano a Cristo y seguir sus dulces huellas -que son la luz del mundo en ti-. Abre bien los ojos del espíritu y sigue la luz que conduce hasta la Luz... Camina con confianza, pues nada quedó al azar. Tu peregrinaje con Él acabó felizmente en el Amor indiviso, pues Cristo mora en tu corazón. 

   Cada uno de nosotros dejó sus santas huellas (las huellas de Cristo) en la eternidad; para así, un día de rendida plegaria, fiel y sincera, seguirlas desde el mundo hasta el Cielo, desde el tiempo a lo intemporal, desde lo íntimo hasta la Comunión infinita. 

   Recuerda Amig@, Cristo vive en nosotros... es nuestro Ser... Camino, Verdad y Vida... tiéndele tu mano y vuelve a tu Hogar en los Cielos.

KHAAM-EL




Tiéndele tu mano a Cristo, 
porque la suya ya está tendida hacia ti.

Bendiciones


1 comentario:

  1. Alegría genuina , agradecimiento y mucha Paz se sienten.
    Gracias KHAAM-EL

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