sábado, 13 de agosto de 2016

CONSTANCIA Y ENTREGA *


   No hay horizonte nuevo para miradas viejas ni logro personal que dure para siempre. Deja que Dios mire de nuevo a través de tus ojos y realice lo que ha de hacerse para el bien de todos desde tu lo más profundo de ti. Confía... con humildad, ocúpate de entregarle a Dios el día por la mañana, diciéndole de todo corazón: -¡Oh, Dios! Hágase en mí según Tu Palabra. Al principiar la tarde, después del almuerzo de mediodía, agradécele el sustento que hace que puedas continuar extendiendo útilmente la consciencia de unicidad, siguiendo Su amoroso plan, proclamándole con toda tu mente: -Aquí estoy, ¡oh, Dios! Hágase en mí según Tu Palabra. Y, al acostare, exprésale tu gratitud con todo tu ser, orándole: -¡Oh, Dios! Gracias por el día de hoy, en el que Tu perfecto Amor ha venido a mí para poder compartirlo con mi prójimo. Toma mis sueños, hágase en ellos según Tu Palabra.Y nada podrá hacerte fracasar en tu vuelta a tu santo Hogar, al corazón de Dios.

   Sé constante, perseverante, humilde, agradecido... la constancia genuina tiene que ver con el 'desde donde' se realiza todo, no con lo reflejado en lo externo. Si eres constante de verdad en apartarte para servir, de corazón y mente, a la Voluntad de Dios, de Yo Soy el que Soy, el hábito salvífico aparecerá; pero, si inventas hábitos, a tu manera, intentando alcanzarLo, jamás Lo alcanzarás. Llegar a Dios sucede abandonando todo plan personal, por bienintencionado que éste sea, siendo perseverantes en la entrega y en la realización de la acción de ésta resultante. No titubees con especulaciones personales, la constancia es la confianza total en la honestidad y la rectitud de apartarse por completo, para que la vida, así entregada, sin condiciones, a la Voluntad de Dios, a la Voluntad del Inefable, a la Voluntad del Veraz, a la Voluntad del Perfecto y Eterno, nos retorne, junto con nuestro prójimo, a la plenitud del espíritu, dejando atrás toda identificación con los cuerpos en el el tiempo, y seamos Uno con Dios y toda Su Bienaventurada e Infinita Creación.

KHAAM-EL




Concéntrate en la amplitud inefable del instante presente.
Sé constante, ahora, aquí... no hay otro tiempo ni lugar.
Entrégate por entero, ya...
... por la Gracia...
... de repente, indubitablemente...
...Dios.

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