miércoles, 17 de agosto de 2016

DIOS ES ETERNA VIDA EN TODOS *


   Sé un transeúnte por esta vida de colores y formas, de encuentros y desencuentros, de altibajos e inercias que trascender. Camina con esperanza colmada por la luz que desvanece oscuridades y flaquezas. Sé audaz y comparte la libertad de no escuchar al miedo. Persevera  y camina la senda del Amor, no estableciéndote en la tibieza o la desconfianza. No quieras atrapar lo infinito; fluye en ello, indistinto, seguro, en paz. Deja que ese Amor indescriptible, indefinible e incontenible, explote... llenando de vida todo aquello que estaba muerto. No te dejes engatusar por transitorios deleites intelectivo/corporales, ahonda en el alma de las relaciones y no sucumbas a la tentación de los juicios emitidos por los pensamientos e identificaciones que todo lo miran desde una perspectiva personal, relativa y superficial. Mira más allá de lo cambiante: Dios está vivo en lo interior, en lo esencial de ti, en lo sustancial y sagrado de todos, de todo. Dios no sabe nada de deterioros, abandonos o muertes. Renace en la fe... Confía... Ama. 

   Desecha todas esas ideas inverosímiles que pululan por tu mente cuando cualquier cosa es tomada de forma personal; no son más que meras conjeturas acerca de supuestos. Sé libre del ego y sus manías. Vive sin miedo. Ahonda en lo que es y no te pierdas con aquello que, aunque lo parezca, no es. Intima en tu núcleo más recóndito con la ilimitud del Ser. Ahí, Dios te encuentra, como siempre, en Su radiante esplendor, puro, eterno, feliz y en perfecta paz; pues, en Dios, en la Divina Unicidad de la vida, no conocemos la muerte; ya que el cuerpo es un instrumento que, una vez ha cumplido su función, se suelta. ¡Despierta de tu sueño absurdo! Dale un giro completo a tu atención (como darle la vuelta a un calcetín), para experimentar una visión distinta de lo mismo; una visión que muestra, sin ambages, que aquello que parece separado y en conflicto se encuentra, en espíritu, perfectamente unificado con la infinita fuerza, desbordante e incondicional, del Amor de Dios. Toda percepción equivocada es corregida de inmediato por Su gracia, haciendo que lo irreal -lo sujeto a tiempo y espacio- sea visto en su palmaria insubstancialidad, para que únicamente refulja lo real, pleno e ilimitado. Confía en el milagro de la fe. Es un cambio radical de perspectiva... un giro de 180º en la manera de pensar y actuar... una auténtica revolución de la consciencia... un ineludible renacer a la Verdad y la Vida eterna del Espíritu.

   Contempla recogido en tu alma como la llama viva del fuego del espíritu, con la fortaleza de lo santo, derramará Su plenitud sobre ti; haciendo temblar toda la tierra con la certeza de la resurrección de la vida en la Vida... DIOS VIVE EN TODOS pues es VIDA de la vida... lo que perece es nada. El Cielo es el destino alcanzado por/para Su gloria.

KHAAM-EL



Toda la oscuridad se oculta ante la luz. 
Confía...
En la libertad de la Divina Unicidad
encuentras la Verdad que te hace libre de tu miedo 
y tu supuesta muerte.
El mundo quedará a los pies de la eternidad 
que Dios comparte en plenitud contigo.
¡Despierta!
El Cielo es el destino consumado de la vida.




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