lunes, 12 de septiembre de 2016

MIRADA IMPARCIAL *

   Mira al mundo con imparcialidad y serás compasivo con todo y con todos, incluido tú mismo. No juzgues y hallarás paz y libertad; pues juzgar, desde un 'yo' separado e interesado, aparta de la Ley indivisa del Amor, acarreando sufrir la misma condena que con arrogante e imprudente recelo se impone. Perdona las decisiones erráticas de lo ilusorio. Sigue el flujo de los acontecimientos sin pelearte con ellos, ni menos aún rehuirlos, y serán trascendidos para siempre. No le sigas el juego a lo egoico, no te enredes en su contradictoria lógica; sencillamente reduce cualquier expectativa personal a la mínima expresión, al no pretender nada, no hay estorbo que impida experimentar la plenitud; abrevia tiempo permaneciendo en paz, presente, sin angustia, aceptando el ahora con humilde desprendimiento, y te verás libre de sus tramposas reglas. Contempla lo absurdo y rectifica en la mente (las formas pasan, la mente queda)... no proyectes afuera la búsqueda y encontrarás esa infinita felicidad, que creías haber perdido, donde siempre ha estado esperándote: en tu interior.

   No quieras arreglar las formas ni sujetar aquello que es pasajero. Suéltate y confía. Que no tiemble tu corazón ante la aparente imposición de las formas. Lo transitorio no puede afectarte realmente, luego es ilusorio. No te pierdas en disquisiciones que no conducen más que a una monótona y estéril reiteración de las dudas que se quieren resolver. Volver, una y otra vez, al mismo y absurdo punto de partida, no es evidentemente el camino de la liberación. Desapégate de tus planes personales y elévate por encima de cualquier problemática. Sosiega el ánimo y contémplalo todo con ecuanimidad. Tu mirada imparcial verá lo esencial y recordará el Amor hasta en lo más nimio. Ir tras lo aparente era la ilusión que afligía el corazón, al no poder jamás tener lo que se pierde; más lo sustancial y eterno, el espíritu que nos hace uno en la eternidad, trasciende el tiempo y el espacio donde parecen suceder las cosas. En la ilimitud lo parcial no tiene ningún sentido. La Consciencia en su plenitud inherente crea el Camino que despliega la bienaventuranza de ser puro SER. 

   Cualquier laberinto visto desde arriba, por enrevesado que sea, tras un poco de paciencia y disciplinada atención, es simple, obvio y sencillo. Contempla de igual manera el mundo y definitivamente, de improviso, rebosando de júbilo, dejarás de sentirte confuso, perdido y angustiado en él. Cualquier sueño visto desde la realidad se desvanece sin dejar huella en su inconsistente naturaleza efímera. Sí, cualquier despropósito se anula a sí mismo para que, en un presente diáfano e ilimitado, la neblina del tiempo se disipe, sin dejar rastro alguno, y tan sólo quede patente el único propósito verdadero: el Amor y la Vida en indisoluble comunión.

   Profundiza en lo sustancial, en lo nucleico de la consciencia, en esa paz indescriptible de ser consciente de ser Consciencia Una. Descubre la certeza que mora en tu alma... viviendo sin miedo el júbilo te acompaña, pues conocer la Verdad, que ocultaban las taimadas defensas del ego, te hace libre de sus pesadísimos yugos y lamentables cargas. El ego no existe... eres libre. La muerte no existe... eres eterno. ¡Bendiciones! Florece la vida, para siempre y en perfecta alegría, más allá del cuerpo y sus mundos.

KHAAM-EL




En la quietud del alma se contempla todo con ecuanimidad 
y te desapegas de lo superficial para permanecer pleno y feliz compartiendo lo esencial.

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