lunes, 24 de octubre de 2016

CONSTANCIA MEDITATIVA +


    Aquello que se teme o se desea le persigue a uno en su mente, vaya donde vaya, esté con quien esté, impidiéndole ver con claridad lo que el preciso y precioso instante presente le ofrece para dar y extender con consciencia pura y amorosa. Porque la mente identificada con lo egoico tiende a juzgarlo todo desde las premisas de sus memorias personales de parcial interpretación; y lo parcial, en su incompletitud, siempre estará equivocado. Resolver no dar crédito a lo parcial es una actitud valerosa y juiciosa que dirige la atención de la mente sobre sí misma para desenmascarar todos los pensamientos errados que quieren pasar por veraces, en un plantarse sólido en consciencia, sin excusas o dilaciones, para que cualquier automatismo de inconsciencia salga a la luz y poder, con sensatez, desembarazarse de su estúpido, mendaz y doloroso yugo.

  Atravesar la engañosa tierra baldía de lo personal, sin dejarse engatusar por sus variopintos espejismos, caminando con firme tesón hasta el final, sin distraerse con lamentaciones o ansias de relumbre, consuma el inmemorial e intemporal destino del alma. Lo que llega es aceptado, lo que sale es bendecido... Nada a lo que agarrarse; nada que evitar. Constante aceptación consciente. Comprensión clara y esencial. Unicidad. Plenitud. Nada a lo que encararse para pelear o someterse... Todo es indivisible en esencia; incuestionable vacuidad de lo separado, en una bienaventurada inmediatez de insondable sosiego interno. Horror y placer trascendidos para que la inmanencia eterna del ser sea sin ilusiones.

   Insiste en no dejar de insistir en lo esencial; la constancia meditativa tiene que ver más con una honesta y ecuánime actitud interior que con una quieta postura externa, y, lo que antes parecía complicado, inesperadamente, se torna de lo más sencillo. Cuando la practica deja de ser una rutina para ser un hábito libremente escogido, el disfrute natural acompaña su realización. Meditar, con disciplinado e inquebrantable talante honesto de conocimiento interior, mediante una autoindagación constante, no es, por tanto, arduo ni costoso, salvo por las perniciosas creencias incrustadas en la mente, tomadas como pensamientos propios, e identificadas con uno de forma particular; cuando nadie es en realidad su supuesta personalidad egoica, forjada a base de deseos y miedos, de expectativas y comparaciones. Hay que ser persistentes y no abandonar ante los furibundos y desesperados embates del ego. Tras la intensidad y angustia de soltar lo supuesto, surge toda la paz y dicha de espíritu que otorga permanecer en lo real.

   Lo Que Es, Es... y, Lo Que Es, en su eterna constancia de Ser, no puede sufrir ni carencias ni limitaciones, ni mucho menos fragmentaciones. Medita de veras y verás -serás- lo obvio.  Namasté.

KHAAM-EL




Medita. Ahonda... sé constante en lo interior y no habrá separación frente a lo exterior.
Unicidad esencial.
Libertad. Paz de espíritu. Acción desinteresada... Amor.

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