viernes, 9 de diciembre de 2016

RELÍGATE CON EL AMOR DE DIOS *

   Lo más modesto suele estar preñado de significado, y, sin embargo, aquello que parece más llamativo suele carecer de verdadero fundamento. Los aplausos y la aparatosa ostentación terminan siendo igual de dolorosos que los abucheos y los olvidos. Buscar la gloria en el mundo trae siempre aflicción. No te vayas tras ostentosas baratijas que, en definitiva, no valen realmente nada. Goza del momento que vives por el simple hecho de ser, de vivenciar, de amar... Sé agradecido en el presente con la vida, aunque parezca que sólo te ha acarreado pesares, y experimentarás el milagro del perdón que te abrirá los ojos del alma... viendo un futuro lleno de luz que se hace presente siempre ahora y en el que nada podrá realmente dañarte... reconociendo un porvenir que se muestra evidente por la inmediatez esencial de su bendición, a pesar de su aparentemente lento despliegue formal. 


  No tengas prisa y avanzarás seguro. Descansa en la firmeza de lo sutil... no temas... contempla cómo la ilimitud (Dios) a ti afluye desde lo más hondo del corazón, desde lo más íntimo y sagrado, desde el núcleo de los núcleos de tu mente... ella (Dios) te sostiene y te nutre, te guía de vuelta a tu Hogar celestial si no te engríes con vanos deseos personales (ego). Confía... nada te falta ni sobra para el encuentro interior con la infinitud del Ser. Aprende de la despreocupación de las flores, de las aves, de los bosques, de las espigas, y de los racimos; sólo se ocupan de dar belleza, frutos, sin tensión alguna. Sosiega tu mente, queda en paz, y verás como se disipa cualquier tiniebla que intentará ensombrecer tu ánimo. Ya no habrá más brumas que oculten la luz de tu alma... ¡Descubre tu ojo único! ¡El ojo del espíritu! Ábrelo y contémplalo todo con Amor. La oscuridad por mucho que lo intente, no podrá jamás con el brillo de la luz. Tu alma brilla; tu miedo, no. Lo liviano, lo espacioso, envuelve a lo denso sin verse, ni por un solo instante, afectado por la perceptiva densidad. Tu alma es liviana; tu miedo, no.


   Abandona los consejos provenientes del miedo y relígate con el Amor de Dios. No te demores intentando retener lo pasajero y pacientemente camina hasta el final por la milagrosa senda del perdón. Que todo sea para ti un acicate con el que poder alzar el libre vuelo del espíritu. Recuerda y aplica en todas las situaciones que parezcan sacarte de la paz mental, de la dicha de ser, o de la confianza presente: "No soy un cuerpo. Soy libre. Pues aún soy tal como Dios me creó." (UCDM).

KHAAM-EL




Vuelve a la sencillez... relígate con el Amor de Dios
fusionándote con la hermosa despreocupación de la vida.
Ocúpate en compartir belleza, frutos, alegría y Amor.
Vuelve a ser uno con Dios no significando diferencias y vanidades.
Se libre en espíritu y verdad.

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