lunes, 13 de febrero de 2017

IMPECABLE UNICIDAD DE AMOR *


   Todos anhelan, al igual que tú, la dicha, la paz, la verdad y la plenitud. Más, ¿si fueras ciertamente limitado, desdichado, sin contradicciones y en conflicto, podrías estar en busca de algo que no conoces, que no sabes de su existencia? Evidentemente no. Luego, desde el sistema de pensamiento egoico, estás buscando, todos buscan, la verdad en lo separado, en lo dual, en donde es imposible encontrarla. ¡Es absurdo! No puede hallarse la plenitud en lo separado ni encontrar felicidad en la desdicha, ni mucho menos alcanzar la verdad en lo enfrentado y plagado de mentiras, y no digamos ya procurar lo eterno y pleno en lo temporal y fraccionado. Pero, enhorabuena, si tienes ese anhelo de lo eterno, es que en lo profundo sabes, y saben, sabemos, que la dicha, la paz, la verdad y la plenitud, son reales o no las concebiríamos siquiera. Únicamente hay que dejar de buscarlas en lo externo y adentrarse en el meollo mismo de la mente, dirigirse sin paliativos a la consciencia de ser consciente. La solución se halla justamente donde se imaginó el problema. La unicidad resuelve la idea de lo separado en el origen mismo de ese pensamiento.

   El mundo que percibes te parece muy real, pero no tienes ni idea de como has venido a este mundo ni tampoco sabes como te vas a ir de él; entonces, ese yo personal que crees ser y que no tiene ni idea de como viene o se va, no puede ser real. Reflexiona con honesta dedicación. Ahonda. Si uno está atento de veras, ve lo obvio; lo auténticamente razonable, justo más allá de las endebles razones personales. Ver egos, es ver nada, es estar imaginando que ves algo que realmente no existe. Decir éste es así y aquélla es asá, contando y contándote historias de lo más particular y variopinto, con las que pretender conocerte a ti y a los demás como algo distante, es equivocarse completamente. Y ver así la vida, es no no ver en absoluto su realidad esencial. Por eso, dejar de explicar perspectivas personales a los demás, como si uno supiera mucho acerca de aquello que en lo profundo sabe que no sabe, es el primer y más importante paso para dirigirse hacia el despertar de la consciencia, hacia ese encuentro interior con la infinitud del Ser. Unámonos en la Luz de la Consciencia, en la pureza de la Divina Unicidad. Así que dejémonos de leyendas, fantasías, misterios, esoterismos, teorías..., y vayamos, con sencillez y humildad, a la paz, a esa rotunda, perfecta y plena paz mental que se extiende poderosa, sin planificación personal alguna, para deshacer justamente toda pretensión personal. Ella nos mostrará lo que es real desde una amplitud ilimitada de Consciencia... esa es la dirección correcta, el verdadero camino espiritual... una vez que la experiencia viva sea clara e indubitable por la inmediatez de lo inefable, te embargará una dicha sutil e inmensa que acaba para siempre con todas las dudas del ego. Ahora ya no se busca donde no se encuentra... ahora dentro es el camino a lo ilimitado... las cantidades, símbolos de la separación -un sueño aterrador de carencia acumulativa-, se disuelven en la comunión de la Vida indivisa del Espíritu.


   Gracias por redireccionar tu atención, por profundizar en lo que en esencia eres, soltando tu apego a lo que no eres (lo transitorio, escindido y especial: el ego). Gracias por mirar allende las apariencias. Unos buscan sentido a su sinsentido en la política, otros en el arte, otros en la fama, otros en la ciencia, otros en la literatura o la erudición, otros en la religión, otros en el poder..., y lo único que encuentran en todo eso es conflicto y desasosiego, cansancio y cólera... sin embargo, libre y voluntariamente, has decidido encaminarte hacia Dios, la Verdad, el Ser, la Consciencia, el Despertar, la Divina Unicidad, la Iluminación, o como te guste nombrar a lo Innombrable, con la total entrega y honestidad en una irreprochable autoindagación por la consecución de un desengaño completo, mediante la valerosa determinación por encontrar sólo lo invariablemente valioso, o, lo que es lo mismo, lo vivencialmente pleno, real y bendito. Imaginar saber jamás podrá ser verdadero saber, e imaginar creer conocer lo que a uno le conviene desde una idea imaginada de sí, nunca le dará aquello que realmente le conviene. Gracias, pues, de todo corazón, por decidir en favor de lo real ahora, aquí, en el presente; sin duda, lo conveniente se desplegará en tu cotidiano vivir por si solo, y te dirigirá sin esfuerzo personal alguno a la comprensión definitiva, que nada tiene que ver con supuestas comprensiones parciales que lo único que ofrecían era mayor incomprensión si cabe, porque comprender parcialmente algo es no comprender nada, absolutamente nada.

   Gracias, amigo/a, por ser la impecabilidad en acción, y no remover o arrojar más la idea de lo impuro contra nada ni nadie, perdonándolo por completo. La pureza de la Divina Unicidad nos bendice eternamente con Amor, aún en el tiempo y sus vanas historias.   Namasté.

KHAAM-EL




Ve más allá de las ilusiones y encuentra la pureza esencial de tu ser indiviso en el Amor.

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