lunes, 21 de agosto de 2017

LA VIDA PLENA DEL ESPÍRITU *

  Guiarse únicamente por las apariencias es perder y errar el rumbo. La percepción es un frenético vaivén de recurrente impermanencia. Al igual que el viento, en la vida los cambios aparecen y cesan sin saber muy bien cómo ni cuándo. Todos los planes, por perfectos que parezcan, tienen puntos débiles; asimismo no existen teorías que garanticen que las cosas salgan exactamente tal como uno pretende, o como uno desearía. No te empecines en ir contra el viento cuando éste arrecia intempestivo o caminar te resultará penoso sino imposible. Fluye. Escucha la voz del alma y sigue la trayectoria que te marca el corazón, y hasta lo más adverso será utilizado para llevarte al feliz destino de la Vida Plena del Espíritu. No escuches al ego, ni te obsesiones con el logro de sus vanos deseos, ellos, junto con sus efímeros goces, no son tu fortaleza sino, más bien, tu debilidad. Acepta y no pelees contra lo que combate; haz que tu lucha sea aimsa (no violencia) si de veras quieres vivir feliz y en paz junto a tu prójimo. no has de vivir embelesado creyendo que sabes cuando de cierto no sabes nada con seguridad. No te creas tus creencias ni finjas que te dan solidez. Si no quieres vivir engañado y frustrado has de conocer qué es la Verdad, has de profundizar en ti mismo y conocerte sin suposiciones. No caigas en la torpeza de pretender alcanzar lo veraz desde la ignorancia pretenciosa que se aposenta sobre unos cuantos conceptos especiales vanidosamente aprendidos; ni mucho menos seas desagradecido, a causa de ese estúpido egoísmo arrogante, o la ingratitud te endurecerá el corazón y apesadumbrará, finalmente, tu alma.

   Sé humilde y no te lamentes por lo que dictan personales juicios. Luchar contra lo elemental te desgasta y agota, tal como lanzar la ira te la devuelve más pronto que tarde. Abre tu mente a lo insospechado. No divagues con sofismas de variable interpretación. Es fundamental no construir sobre lo volátil o lo que erijas se derrumbará irremediablemente. No ensombrezcas tu ánimo o pensarás que te falta la luz. Mantente siempre en la dicha presente. Ciméntate ahí. No hay fórmulas mágicas ni recetas magistrales para la Iluminación... únicamente, la honesta y constante observancia interna da frutos cuando de verdad se quiere la Verdad. El jugo sólo se obtiene tras exprimir el fruto, nunca antes. Ábrele tu corazón a la vida. No intentes agarrarte a lo que pasa ni vivir a la manera que el miedo y la angustia quieran. Sé tú mismo en lo esencial. Encuéntrate y vive la vida con pasión, sin reproches ni exigencias, con auténtica alegría de ser... compartiendo, que no compitiendo; porque, ahora, sí sabes que querer ganar fabrica imaginarios rivales a tu dicha. No te imagines más y sé. El mañana se hace difícil cuando es visto desde el ayer. Es ahora o nunca. No vas a estar aquí en el mundo para siempre. Aprovecha con consciencia el instante que vives. Sí, amigo/a, vive la vida sin expectativas, sin obsesiones venideras ni justificaciones traídas del pasado; vive la vida con intensidad, con coraje y alegría, con presencia y consciencia, con confianza y generosidad, con robusta serenidad interior y liviana aceptación externa, con sincera gratitud e ilimitada paciencia, como un peregrino lleno de esperanzada fe, y, ella (la Vida), cuando menos te lo esperes te saciará finalmente con su maravilloso jugo... la vida humana pasa para encontrar la Vida Plena del Espíritu.

KHAAM-EL



En lo esencial y sencillo: la Vida plena del Espíritu.
Medita.
Vive sin miedo y ama.
Namasté.

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