viernes, 18 de agosto de 2017

NO DUDES EN DECIRLE NO AL MIEDO *

   La cruel barbarie humana es el resultado de la ignorancia acerca de la naturaleza esencial que nos significa y alienta, al imaginar las diferencias perceptivas de unos frente a otros como dignas de separación y desconfianza. El odio es miedo atacando descaradamente y el resentimiento, ese mismo miedo, agazapado esperando su oportunidad de asestar un buen mandoble. Más dar es lo mismo que recibir y el que se deja llevar por el resentimiento hasta explotar con odio contra su prójimo realmente se está mutilando y matando a sí mismo, dejando a su alma sumida en la tiniebla atroz del sueño de la muerte, y condenándose a experimentar las terribles consecuencias de su propio e infernal sistema de pensamiento en el que, por su cerrazón, pierde toda esperanza y sucumbe a la locura del temor desmedido. Ni el color de la piel, sexo, cultura, religión, estatus, inteligencia, edad..., son motivos para resentirse; mejor dicho, jamás habrá motivo alguno justificado para el resentimiento y la cólera. No busques, en consecuencia, tanto que te amen como amar... Y ama sin límite aunque el mundo te parta el corazón... extiende la paz desde el centro mismo de tu corazón y no te irrites ni pelees contra los acontecimientos que parecen contrariarte. No dudes en decirle no al miedo. Dale al temor todo el perdón y encontrarás el significado profundo de vivir.

   ¡Despierta! Abandona la ira y la pequeñez que se sienten cuando se aprecia lo insustancial como si fuera importante. No eres frágil ni estás desamparado realmente... profundiza... medita... ahonda... lo ilimitado -el espíritu y no la carne- es nuestra naturaleza verdadera, es nuestra razón y nuestro significado último, es plenitud que desvanece toda separación e inútil barbarie.


   ¡Despierta! No dudes en decirle no al miedo. Es ahora, nunca después, la revolución de la consciencia que disuelve todas las revoluciones de la forma, que no hacían sino que girar y girar para terminar una y otra vez volviendo a su absurdo y cruel punto de origen, dejando tras de sí un estúpido reguero de sangre y sufrimiento. Ve al encuentro interior con la infinitud del Ser y no sigas, ni por un instante más, por los tortuosos senderos del miedo, el resentimiento y el odio proyectados. Pacifica tu mente y abrirás de nuevo el corazón al Amor para serle así útil de veras a tu prójimo en tu regreso al Amor porque, en esencia, sólo todo es Amor. Que tu sí sea sí y tú no sea no. No titubees ni dudes y con valentía dile al error que es un error. Corregir no es culpabilizar sino reorientar, pues quien escoge el camino del odio ya se construye él mismo su propio y descomunal infierno particular. Vuelve a reír y dale alas a tu prójimo y volarás libre junto con él. Compasión, comprensión y constancia es el recto camino hacia la Verdad y el Amor que dan fruto saludable y abundante para compartir generosamente. 

   ¡Despierta! La paciencia, la Plenitud de la Divina Unicidad nos trae de inmediato. Olvida todo lo olvidable, todo aquello que piensas que fuiste o que los demás fueron. No sigas a nadie que quiera dirigir tu vida según su particular manera de percibir o tentarte a seguir caminos de segregación y discordia. Inicia la vía del completo autoconocimiento y no justifiques tus juicios. No le tengas más miedo al miedo y dile basta con consciencia y humildad. La lucha acaba cuando uno encuentra en su interior la fuente eterna de la paz de espíritu. Sé firme, nunca más egos que valgan; lo aparente no es cierto jamás. Sí, puedes regresar a lo real aquí y ahora si cesas de idolatrar tus sueños. Ahonda... Interioriza y ve más allá de tus propios y distractivos conceptos... los egos, en su separatividad, temen y odian... nuestro verdadero ser, la consciencia plena de unicidad, siempre ama, bendice y libera de la penosa condición espacio/temporal. Profundiza... ahonda... medita... No caigas en la queja y el desánimo, puesto que en las sacudidas del mundo se templa el alma para forjar su definitivo Despertar a la realidad del Amor Infinito.  Namasté. 

KHAAM-EL




Confía en la Divina Unicidad que nos alienta y no dudes en decirle no al miedo.
Vuelve a reír, amando.
Vuelve a la paz, perdonando.
El pasado pasado está... 
el presente es una oportunidad siempre...
Eres libre, no un mero cuerpo; dale al mundo lo esencial
y lo eterno colmará de nuevo tu alma bendita.

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