viernes, 20 de octubre de 2017

EL TESORO DEL EVANGELIO +


   No le des tu oro a los sumos sacerdotes, a los escribas y fariseos, a esos ciegos hipócritas que aparentan ver y sólo lo fingen por vano interés; no les des tu oro para sus falsos templos que en lugar de ser casa de oración son antro de ladrones y timadores. Más, dale tu oro divino, puro y bendito, a todo aquel que verdaderamente de corazón lo necesita. No le eches perlas a los cerdos, no alimentes y cebes a satanás (el ego) con un desmesurado apego por las cosas del mundo. Apacigua cualquier ímpetu personal y busca siempre el bien de todos, no únicamente el de una parte. Deshazte de lo superfluo y banal, de toda necesidad de posesiones. No acrecientes la identificación con la carne y susténtate en el amor y la verdad, en la paz y la unidad. Y, desde esa intangible riqueza Divina del encuentro interior con la infinitud del Ser, tráele a tu prójimo el inacabable tesoro del Espíritu, ese recuerdo íntimo y sagrado del perfecto Amor de Dios que eternamente a todos en esencia nos hermana... Éso es auténtico Evangelio; lo demás, sencillamente, carece de valor.  ¡Bendiciones!

KHAAM-EL




Darlo todo por Dios es recibirlo a Él completamente.

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