jueves, 12 de julio de 2018

LO PERSONAL SANA CON LO UNIVERSAL

   Las apariencias por sugerentes que se muestren no son realidades en absoluto, ya que la apariencia sólo es una capa superficial y no el meollo mismo de las cosas. Imaginar nunca trae nada consistente, salvo ilusiones que, más pronto que tarde, acaban por desvanecerse en la nada que son. Así que no te des por supuesto ni te imagines por lo perceptivo de ti. Ahonda y no caigas en la rutina de darte por externamente conocido o darás por supuesto tu rutinario pensamiento, cubriendo la vida con superficiales e inexactas memorias de desesperanza, confusión y hastío. Detente a contemplar sin prejuicios lo que hay y no te convertirás en un perjuicio para lo contemplado. Mira la mirada que observa a través de tu memoria, y contempla su contemplar. La hermosura está en la pureza esencial de lo eterno, en el alma y no en la carne, Cabalga a lomos de la inocencia atravesando momentos, circunstancias, colores, texturas, relaciones, aromas, imprevistos, suspenses y cotidianidades... Vive con atenta y consciente presenciación. Ver superficialmente nunca podrá ser ver de verdad, porque mirar sin consciencia es un pasar de soslayo a través de lo evidente.

   Sé de veras realista y no un iluso que imagina tener los pies firmes sobre la tierra cuando éstos son efímeros al igual que el suelo donde se apoyan. Estate presente para que no haya perspectiva particular que te desvíe del mirar universal. Toda perspectiva engaña al perceptor al tomarlo como centro de observación y no como objeto de observación. Contempla al contemplador y, de improviso, te sorprenderá la realidad, puesto que sólo lo universal corrige la limitada perspectiva personal. Sencillamente al contemplar tus pensamientos no dejes que estos te definan o definan a los demás... y no podrás nunca más ser devorado por ellos. Únicamente tienes miedo de tus propios pensamientos porque crees que ellos son tú y que compartís una misma realidad, cuando no es así. Tú, eres una mirada mucho más amplia que el hábito de juzgarte (y juzgar) a la ligera, o de opinar y creer por meras suposiciones. Abandona semejante disparate de creer que los juicios son saber y sabe que uno sólo llega a conocer realmente lo que es verdadero en la esencia misma de lo incomparable e indiviso.
   
   No seas una caricatura de ti mismo temiendo ser engullido por la externalización de la misma. Sé consciente de tu lamento para poder soltarlo de inmediato. Sé consciente de ser consciente. No sigas sintiéndote solo todavía, diciéndote sin cesar: yo creo ser ésto, éso, aquéllo o lo otro, o yo pensé, yo dije, yo merezco, o tantas y tantas cosas girando alrededor del yo opino..., y que, en su sin sentido, quedan sin ser comprendidas ni por supuesto resueltas en su raíz. ¡Despierta! No vivas a caballo entre la realidad y las ilusiones, entre tu verdadero hogar y un mundo banal. Sal del viejo hábito de perderte, sin saber porqué, en aburridas evasiones de gozo superficial o en vanos engreimientos cuentistas, y ahonda en el presente con presencia viva, libre de apariencias y fabulaciones... no quieras ser rey sintiéndote rana, o croarás y croarás sin cesar aún con corona, y el vacío interior cubrirá la sorprendente realidad que te sustenta pareciendo que te sustrae la dicha de vivir con su triste y repetitivo croar. No esperes que nadie solvente aquello que únicamente tú mismo has de solventar, y encuéntrate más allá del silencio y el ruido, allende lo circunscrito por la percepción, al otro lado de cualquier lado... y la canción triste y fantasmal, que hasta ahora entonabas, se tornará feliz y real... nunca más el llanto, el desconcierto o la soledad... y el yo creo que soy, yo pensé, yo dije, yo merezco..., serán, ahora, disueltos por las verdaderas palabras de Amor y eternidad... encuentros indivisos de santidad... un descubrir lo tapado para, de nuevo, ser gratamente sorprendido por la inevitable certeza de lo descubierto, de lo esencial, de lo Divino.

   No permitas seguir sintiéndote solo, todavía... el Amor de Dios es tu apoyo y tu plenitud. Vivéncialo... Compártelo... Extiéndelo. No sigas atrapado en disquisiciones egoístas y acepta que sólo lo universal corrige la limitada perspectiva personal.  Bendiciones.

KHAAM-EL



No te dejes llevar por los juicios provenientes de la memoria personal.
Aquiétate y permítete ser corregido por la amplia mirada de lo universal.
Viviendo en el presente sin miedo se ve más allá de las apariencias.




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