domingo, 12 de agosto de 2018

ACERCA DE LA SALVACIÓN

   Uno se condena irreflexivamente a la angustia y la incertidumbre cuando se separa de la plenitud de la vida al soñar con personales éxitos que al instante atormentan con posibles fracasos que le pierdan en un marasmo de dolor y frustración. ¡Despierta! Comprende que cuando uno sufre, se enferma y duele, cuando uno teme, se irrita y muere, se siente condenado y perdido, abandonado e intimidado; y esa herida de profunda desazón surge por la identificación con el cuerpo, por ese apego a ser un ego, a ser distinto y especial, a vencer en batallas sin sentido que traen absurdas y recurrentes derrotas. Nacer para morir es el tormento que labras como inevitable, por muchos éxitos que consigas en el intermedio, al pretender que eso es vida: tu vida, tu realidad, tu encrucijada, cuando no es más que apariencia e ilusión.

   La salvación comienza en el momento que te das cuenta de que aquello que consideraste tu perdición no era más que una justificación de una idea exclusiva de ti enfrentada con la verdadera vida. Así que mientras creas que tu perdición son todas esas excusas que fabricaste desde la personal idea de ti, no te encaminas por la senda de la salvación sino que te extravías más y más hacia ninguna parte, hacia ninguna claridad, hacia ningún resultado óptimo. Puesto que sólo dejando de juzgarlo todo desde las excusas del sufrimiento, la separación y la angustia, que te hacían sentirte afrentado y abandonado, se disipan definitivamente, a la luz del perdón, todos esos dolorosos juicios surgidos del ego. En consecuencia, no busques la salvación en lo externo o en tu ser separado del resto, ahonda en lo más profundo de la consciencia y deja de darle significado a todo aquello que consideraste ser causa de tu perdición, abandona el ciego significado que le das a la idea de separación. Todo el sufrimiento que experimentas proviene de ti, todo malestar que experimento procede de mí, toda la desesperación que vivimos procede de nosotros y nada más; luego la salvación procede de lo esencial e indiviso en ti, de lo esencial e indiviso en mí, de lo esencial e indiviso en todos nosotros, somos gloria en la Divina Unicidad, el Amor por el que suspirábamos es nuestra realidad, la paz que ansiábamos es nuestra naturaleza, no hay realmente enfermedad ni muerte en el Espíritu. El miedo ha acabado y la liberación brilla sin sombra que la menoscabe... eres inocente, soy inocente, somos inocentes en lo sustancial y eterno, ahora, aquí todo es visto con claridad y no apego, con paciencia y consciencia... lo pasajero pasa, lo eterno sigue inafectado. la salvación se ha consumado donde siempre estuvo: en el presente.

KHAAM-EL



No busques la salvación fuera...
Ahora, aquí, en la consciencia consciente: la plenitud.
¡Despierta!
Nunca has sido una encrucijada que se debate entre opuestos.




No hay comentarios:

Publicar un comentario