viernes, 3 de agosto de 2018

SUPREMO BIEN

   En lo más íntimo de la consciencia hay una Idea de ideas que no te pertenece, sino a la que perteneces, de la que eres parte integrante e indivisible, pues esa Idea es plena, bondadosa, misericordiosa y paciente, manteniéndose -con coherente espera- inafectada e indisoluble a los fragmentos de pensamiento que se imaginan y volatilizan a cada instante transcurrido. Esa Idea de ideas es plenitud de Ser donde toda pequeña idea es trascendida más allá de su reducido contenido. Ésta, es la única Idea que tiene realmente significado y consistencia (por eso la resalto comenzándola con mayúscula); el resto de ideas son externalizaciones perceptivas de una ensoñación temporaria que, con torpeza supina, valida al juicio personal y divisor como referente indiscutible para alcanzar un bien mayor; un Bien de bienes que siempre le es esquivo al confundirlo con un bien personal (corporal, familiar, cultural o intelectual) y, por tanto, parcial, mediante el que, una y otra vez, buscando dicha sólo se encuentra al pesar, porque como bien dice san Pablo en su epístola a los Romanos 7, 18-19: 'Porque yo sé que en mí, es decir, en mi carne, no habita nada bueno; porque el querer está presente en mí, pero el hacer el bien, no. Pues no hago el bien que deseo, sino que el mal que no quiero'.

   Hay que ir más allá del mero querer y desprenderse del pretender, abandonando todo deseo de alcanzar éxito personal, para que la Idea del auténtico Bien alboree en la mente y muestre, sin injerencias particulares, la luz del espíritu.

   El auténtico Bien -sin minúscula- sólo puede ser considerado aquel que es libre de toda posibilidad de mal o problemática, no puede hallarse al albur de circunstancias que parezcan dañarlo o menoscabarlo, ni sujeto a análisis, contranálisis, calificaciones o clasificaciones. Esta Idea de ideas,  esta Unión de uniones, este Supremo Bien (Bien de bienes) es la Vida de la vida, el Ser que es allende las formas, la Consciencia de la consciencia; y ha de realizarse (para poder, en verdad, vivenciarlo) en el cogollo mismo del aquí y ahora... en lo profundo e íntimo y a la vez ilimitado y todoinclusivo. Por no estar sujeto a lo variable, semejante Bien Supremo, indefectible, pleno y bienaventurado, está en lo nucleico de tu mente, en la Mente de la mente, trascendiendo la pequeña idea que de ti das por sentado. Con tierna e indeclinable paciencia está esperando dejes de distraerte con los mil y un malabares especulativos del frágil y temeroso pensar. Abandona toda tendencia a acumular pertenencias (objetos, pensamientos, relaciones, prestigio, etc.) que te 'aseguren' una identidad personal y lánzate al vacío, a la vacuidad búdica, al silencio del run run mental, a la profunda paz interior, a la no expectativa. Detén tu inercia a batallar todo el tiempo en el tiempo por un puñado de transitoriedades, quédate confiado en el presente... no busques tus ideas de siempre ni intentes buscar otras nuevas desde ellas; o, inevitablemente, toparás con las viejas ideas de siempre travestidas por fuera pero igual de rancias e insatisfactorias tras su periférico y seductor maquillaje. Experiméntate no queriendo más experimentos y realiza ser real ahora y aquí (sin proyecciones a posteriori desde consabidos a priori).

   Abraza la vida como viene y dale toda la confianza... Nada puede ir mal cuando se pone todo en manos del Sumo Bien, cuando actuamos desde la consciencia consciente de la Divina Unicidad, cuando no se le da cabida a la queja. Bendice al mundo y no te enzarces en estériles debates o arduos conflictos con él... mira las miradas y contempla la luz de las almas, dirígete únicamente a éstas y no dirimas con personalismos... Entrega tu vida a la Vida y no te agarres a lo minúsculo, la infinitud y su gozo te colmarán con creces... el Bien de bienes es el único Bien y... es eterno. Despreocúpate, por tanto, del tiempo y sé, en el presente, libre... Ama. Vive feliz y en paz, en inconmensurable paz, Vive sin miedo... eso es Amor, la idea en sí, la Idea de ideas, el Bien de bienes... el Supremo Bien.

KHAAM-EL



Quédate en paz, en íntima paz de espíritu 
y, sin dilación, compártela con Alegría... 
sin duda, el Supremo Bien florecerá en ti.






No hay comentarios:

Publicar un comentario