martes, 11 de septiembre de 2018

NI TIEMPO NI FORMA NOS LIMITAN REALMENTE + +

   Todo lo ahora percibido no fue como lo percibimos ni lo será, incluido nosotros mismos comos perceptores particulares del mundo que parecemos ver. No hay excepciones que valgan, el rumbo de las formas es cambio y deshacimiento. Una apariencia nada más. El tiempo es una idea, no una realidad en sí mismo. Es el resultado de una percepción dividida y limitada, un absorbente continuo de nebulosas y contradictorias memorias que se replican a sí mismas con superficiales variantes que quieren dar el pego. No hay un 'yo' pasado que fuiste, ni un 'yo' futuro que serás a costa de los grandes esfuerzos de un 'yo' actual en especial mejora; justamente es la idea del 'yo' personal, del ego, de lo especial y exclusivo, la que fabrica la incómoda sensación de que el tiempo es algo real e ineludible y de que puede tener algo valioso que ofrecer. Más, obtener lo que al cabo se pierde nunca tiene verdadero valor. En definitiva, el tiempo no es valioso por mucho que en él se conquiste; la eternidad, sin embargo, sí lo es. Porque el tiempo está sujeto a los pensamientos que lo perciben, entretanto que la eternidad, en su inmediata completitud, jamás puede verse afectada ni alterada por ninguna percepción, las trasciende a todas en su esencial y sutil inmanencia. Los cuerpos representan pensamientos de separación, mientras que el espíritu es la expresión viva de lo eterno y santo. Atraviesa la intensidad de no apegarte al yo temporal. Despierta del sueño de las formas y sus fingidas evoluciones... En el espíritu la Liberación es inmediata, aunque parezca durar millares de vidas, si con devoción uno a Ella se encamina. Simplifica y, sin el estorbo de los deseos y temores, conocerás... todo el tiempo sucedió en la eternidad. Lo que acaba, acabó; lo que permanece, aquí está, ahora... en cada segundo, en cada latido, imperturbable y bienaventurado.

   ¡Felicidades! ¡Bendiciones ami@! Hay fumata blanca en el corazón enamorado sin temor a que se lo rompan. Habemus santidad. Se acabaron las intrigas, los politiqueos o los 'petit comites' que quieren manipular a los demás para la obtención de mezquinos y reducidos intereses. Una confianza total en ser honesto y puro de corazón arrebata el ánimo entregado a la Verdad y el Amor. Ya no atraen ni se justifican las máscaras de lo mundano queriendo mundanidades; es más, ni tan siquiera tientan las caretas de lo mundano aparentando perseguir lo divino para procurar seguir obteniendo subrepticiamente las mundanidades; pues, cuando el auto-engaño es sinceramente reconocido, su capacidad de seducción se torna totalmente ineficaz. Eres libre, entonces, libre hasta la médula, de las ideas que habías supuesto de ti mismo y de los demás. El tiempo deja, ahora, de influirte; éste, ya no te tortura ni te ilusiona para defraudarte al poco... Estás presente, viviendo con sencillez, siendo uno con el instante, en paz, jubiloso, confiado, con la mente y el corazón receptivos a compartir la plenitud de ser. Y, esa plenitud, te colma para colmar, y te bendice para bendecir, y te realiza para realizar, y te salva para salvar. ¡Gracias herman@! ¡Gracias por Ser! ¡Felicidades! ¡Bendiciones! Ni tiempo ni forman nos limitan realmente. La Gracia y sus milagros nos acompañan en el aparente retorno desde el mundo formal/temporal al perfecto Amor de la Divina Unicidad junto con nuestro prójimo del que nunca hemos estado realmente separados. ¡Aleluya! ¡Siempre somos 'no dos'! Namaskar.

KHAAM-EL



¡Bendiciones! ¡Felicidades! 
Las puertas de la Liberación siempre están abiertas para ti en el presente.
A cada paso lo infinito te espera para que lo compartas.

Namasté.





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