sábado, 1 de junio de 2019

REFULGE LA CONSCIENCIA EN LO INDIVISO


Acércate sólo a lo que nunca se aleja.
Estate únicamente en lo que permanece.
No es afuera.
Es adentro.
No es la forma sino su esencia.
Desde lo profundo se extiende sin derramarse.
Desde lo infinito se derrama sin extenderse.
Lo perenne no sabe de tiempos ni condiciones.
Jamás en lo ajeno lo obtienes,
sencillamente, porque nada real puedes perder.

Sin comparaciones no hay un ego que sueñe
defenderse en su ilusión perceptiva.
Detén los juicios y regresa a la inocencia...
La tiniebla o se disipa en su núcleo
o recrudece su proyectado velo.

Comparte lo que eres... lo que es... en plenitud.
Abandona la carencia de buscar abundancia.
No hay mantras ni recetas maravillosas que obren milagros
sino que éstos se viven cuando uno vuelve al aquí,
al ahora, al Amor.


No todos los que se dicen espirituales lo son realmente
ni todos aquellos que opinan de la luz en verdad la sienten.
Hay negruras disfrazadas de claridad que abotargan el alma
mientras hablan del logro de venideros despertares
cuando el futuro es un ensueño que amortaja el presente.

¡Despierta! ¡No te duermas!
La realidad es aquí y ahora, no allí o allá, ni después o antes.
Distraerse con historias personales ciega
y parece dividir lo indiviso en pasión o frialdad,
en sentimiento y pensamiento, en caos u orden,
en correcto o incorrecto, en satisfactorio e insatisfactorio,
en abundante o carente, en posible e imposible, en tuyo o mío...
Más nada hay realmente dividido en lo infinitud del Ser.

Sólo acaba la triste y desesperante noche oscura del alma
en el exacto momento que uno deja de perseguir especial luz,
particular éxito, efusiva evasión, lujo o nombradía
y opta abrirse a la Verdad y el Amor.

Sí, no te niegues afirmando contradicciones... Sé lo que siempre Eres,
no aquello que fantaseaste poder llegar a ser...
Resplandece la consciencia cuando la mirada vislumbra el vagar del pensamiento,
lo inmoviliza, y sin reticencias lo disipa con calma, sin dudas ni enojados recelos.
Refulge la consciencia trascendiendo cualquier figura que despunta en el tiempo
y la desvanece sin temor, con la limpia mirada de lo eterno, santo e indiviso.
Amanece en la consciencia, sí, y el claror se infinita en la inconsistente bruma
por el resplandor inmenso del Amor.

KHAAM-EL



La melodía santa que suena en lo interior 
trae la alborada del Espíritu...
No hay ego. No hay egos.
No hay un mundo de muerte... 
éste ahora sólo fue un sueño vano.
Ya eres lo que ES... 
SÉ y no fantasees con luces personales
que en su inexistencia sólo traen oscuridades.
¡Despierta! 
Siempre refulge la consciencia en lo lo indiviso...
en el presente lleno de Amor.




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