domingo, 15 de diciembre de 2019

LA ALEGRÍA ES SÓLO EN EL PRESENTE

   ¡Despierta! Tod@s somos en lo hondo hermanos, una misma esencia de eternidad; no nos disgreguemos, entonces, por superficiales apariencias, temporales diferencias o egoicas opiniones. Nunca han habido problemas reales para el Espíritu; únicamente, en figuraciones formales, comparativas, vanas y circunstanciales asoma la personal sensación de que los problemas son reales entre individuos aparte, siluetándose como sombras siniestras que oscurecen el presente con la niebla de lo separativo. Y, en su malestar, esa identidad personal pretende arreglar tan angustiosa situación particular enajenada con planes y estrategias de lo más variopinto que los solventen en un futuro siempre elusivo. Pensar y sentir, al igual que el espacio/tiempo, no se encuentran nunca por separado, aunque a simple vista lo parezca. Es perentorio ahondar en consciencia para aposentarse en la verdad inamovible, y no despistarse con lo volátil por cautivador que se muestre ante la percepción nacida de lo personal. El espejismo del espacio/tiempo tienta por la falta de claridad resultante de mirar al presente con juicios y sentencias acopiados en la memoria identitaria, al igual que el fatigado y sediento en el desierto delira ansioso y eufórico por su alucinada mirada imaginando oasísticos espejismos en el horizonte inexistente; mas, ahondando con honestidad se descubre que el presente libre de memorias personales no es un desierto y que, por tanto, vivir no es un penoso sobrevivir... la alegría no tiene que ver con conjeturas o sucesos sino con la firme decisión de serlo aún a pesar de que los sucesos sean adversos y las expectativas defraudadas.

   ¡Despierta! Jamás ha estado la alegría en el pasado ni tampoco puede estarlo en el futuro; ésta es sólo en el presente. Sin embargo, creer que halla fuera del presente apesadumbra el instante al instante, fabricando una situación absurda por querer experimentar la felicidad justo donde no está al desdeñarla donde si está. Por eso, creer en problemas es crearlos. Comprendamos, de una vez por todas, que deslomarse por bienes pasajeros es en verdad una estupidez. No sigamos al miedo y confiemos de corazón... Compartir la paz y la alegría de ser nos devuelve a la eternidad del Amor. Permanezcamos serenos y esperanzados en el ahora y, éste, al purificar nuestras mentes del temor y el resentimiento, nos trae auténticos milagros a nuestras, hasta ahora, sacrificadas y tristes vidas (correcciones de pensamiento que revierten el pensar personal, devolviendo a la mente obnubilada por los espejismos, al conocimiento real y a la experiencia viva de lo esencial, puro, infinito y universal). Sí, nunca han habido problemas reales para el Espíritu, porque el ahora y Dios no están separados. El tiempo y el espacio son aparentes, el ahora es la puerta a la eternidad. No nos retrasemos fabricando mañanas, soñando espejismos, y celebremos el presente con alegría... ¡Compartiéndola juntos! Todos somos no dos en lo santo. Celebremos unidos, como auténticos hermanos, Hijos de Dios. Celebremos la plenitud de Su Amor. Nada puede fallar si no dejamos que se inmiscuya la sensación de lo personal y sus recelos; pues, no es más (lo personal) que la percepción equivocada de una idea sin significado real. No nos separemos, en/con imaginaciones, del Amor de Dios y ahora siempre solo la Alegría en un presente de hermandad que ocupa todo el tiempo en el tiempo -de sol a sol y de luna a luna, más allá de las estrellas-, deshaciendo soledades y tristezas, para devolvernos a tod@s a lo santo e intemporal.

KHAAM-EL



Cantemos con Alegría, ahora, en paz... 
y seamos felices porque así lo decidimos y compartimos. 
El resto no sirve de nada.
Camina, pues, libre y hermanado;
más allá de las estrellas la Luz que no se apaga,
el Amor que todo lo abarca,
la Plenitud que eternamente nos bendice.




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