jueves, 9 de enero de 2020

EN LO SENCILLO: LA DICHA

    Es falso creer que lo imaginado como bueno vaya realmente a serlo. No te compliques con elucubraciones y ficciones. Simplifica. Lo enrevesado trae angustia, y la angustia es desdicha. Vive con sencillez. No es cierto que el adquirir y amontonar sea algo bueno. Soportar el peso enorme que se le otorga al pasado respecto al futuro es una labor ardua; y descorazonador, sin duda, arrastrarlo allá por donde uno vaya. Se encuentra más cerca de la verdad y la dicha la mente serena, sencilla e inmóvil que aquella que acompaña o persigue el incesante movimiento de los pensamientos. Perseguir para acumular e intentar después mantener lo atesorado es complicado, costoso y, finalmente, inútil; mientras que soltar para fluir es ligero y llevadero. Lo útil es un hábito, no una insufrible carga de agotadora tensión. El presente es sencillo, claro y gozoso cuando no soporta la dolorosa losa de un pasado proyectando su sombría angustia hacia un desconfiado futuro. Acepta la vida en su completitud y perdona... queda, pues, en paz y admite el presente en su totalidad; haz lo que debes, antes que aquello que deseas y, éste, refulgirá lleno de Amor y gozo verdaderos. La felicidad no tiene que ver con logros, o cosas, sino con el contento del alma que solícita convive con desprendimiento y entrega.

   En lo sencillo: la Dicha, porque vivir con sencillez es el mayor de los bienes. Estar contento con lo que hay, y compartirlo con fraterna bondad, trae paz al corazón. No buscar el premio, la fama, o la riqueza, sino hacer las cosas por amor, con humildad y paciencia, sin esperar a cambio nada relevante, es, ciertamente, lo más relevante que puede uno hacer en la vida. Abrir el alma y no encerrarse en los pensamientos egoicos permite la llegada de la gracia de Dios y su inefable e infalible guía. No te compliques intentando plasmar futuros pergeñados por un pasado temeroso. Estate presente. No codicies. No añores. Agradece... Simple. Sencillo. Sé simple y no enrevesado. Hacer lo que se debe, en lugar de lo que caprichosamente se desea, trae todas las bendiciones, porque actuar por el bien de todos te incluye también a ti; mientras que anhelar sólo el bien personal junto a la consecución de particulares deseos, al no incluir también al prójimo ante todo, termina por excluirte a ti también de ese bien que en principio tanto ansiabas. En consecuencia, disfruta del ahora sin mayores complicaciones y extiende la alegría de vivir sin apego al yoísmo de lo personal. Dios no sabe de personalismos... Es Amor... Y tú, yo y todos, sencillamente, somos en esencia Uno en/con Él... Divina Unicidad... Comunión de Vida... Eterna Bendición y Dicha.

KHAAM-EL




No hagas nada que excluya a alguien 
o te complicarás con éxitos que serán fracasos, 
porque en lugar de traerte dicha 
te traerán angustia y desdicha.
Simplifica... aligera...
Haz todo con Amor... sé sencillo, 
vivirás en paz... siendo, sin duda, feliz.




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