miércoles, 8 de enero de 2020

SOMOS ESENCIA INDIVISA DE LA DIVINA UNICIDAD

   En este mundo el rumbo de los acontecimientos siempre es resultado de un cúmulo de acciones personales derivadas de una multitud de decisiones, también personales, que se alían y contraponen entre sí de manera sucesiva. Por eso, cada cual es responsable del mundo en que vive... si quieres paz, queda primero en paz; igualmente sirve para la felicidad, el amor, la claridad, etc. Hay que encontrar lo bello en medio de lo grotesco, lo bendito rodeados de adversidades; miremos, pues, en nuestro interior para hallar esa armonía intuida en nuestros corazones silentes y que trasciende toda esa cacofónica discordancia proyectada por las egoicas decisiones antes tomadas. Ahora, aquí, siempre es nuevo si no lo cargamos con prejuicios antiguos, viejos temores o convulsos deseos... Abracemos el mundo en paz, reconociendo que todos estamos de paso en él. Ayudémonos los unos a los unos a despertar del sueño vano del ego, a ir más allá de bandos e ideologías, a amarnos por el Amor Mismo que nos alienta y sustenta infinitándonos en una realidad intemporal que abarca todos nuestros pequeños asuntos, todas nuestras ridículas disputas, todos nuestros distorsionados juicios. Vivamos con Alma, dejemos lo especulativo y confrontador. Sí, amig@, encontremos la poesía inherente al flujo natural de la vida.  ¡Despierta! No la tenses con particulares expectativas y te sorprenderá milagrosamente porque, no lo dudes, la poesía y la vida, si son de veras poesía y vida (y lo son), no son sólo reglas, formas, rimas y acentos, sino lo esencial conformando una corriente de hermosura que nos inspira a volar más allá de lo aparente... a vivir sin temor ardiendo en la intemporal flama del Amor... a regocijarnos en comunión con todo lo viviente.

   Trascender este mundo personal y competitivo no es difícil si realmente uno se aplica en quedar en paz en el presente sean cuales fueren las circunstancias que en un momento dado se manifiesten por adversas que se consideren, ya que desde la última a la primera objeción el ardor de la flama que en el alma crepita quema las mentiras que aprisionaban la verdadera libertad con supuestas libertades que eran cárceles encubiertas, señuelos que atrapaban, espejismos que se esfumaban dejándole a uno  desolado, sin nada... Y -una vez convertido en humo todo el cuento que el ego contaba- la maravilla, el esplendor, la gloria, lo inmensurable..., aquello que en verdad somos (el Alma y no el cuerpo) evidenciándose: candorosa, pura, serena, ilimitada, esplendente, desnuda, en gloria, plena, generosa, inefable, bendita, eterna, sorprendente, bondadosa, preclara, bella y en comunión. Irrefrenablemente, ahora sin los impedimentos por ella proyectados en un supuesto ego, la consciencia se manifiesta jubilosa ante la inmediatez perfecta de su esencia indivisa de la Divina Unicidad.

KHAAM-EL



Miremos de frente todo el horror y miseria que el egoísmo propaga...
Asumamos la responsabilidad de nuestro mezquino pensar
sin acusar, odiar, maldecir ni despreciar a los demás,
ni a nosotros mismos.
Rectifiquemos y elijamos el Amor ahora, aquí,
uniéndonos en el perdón, en la compasión.
en la fraternidad universal, 
para que la luz del Alma brille
y deshaga toda la egoica oscuridad que por un tiempo nos tentó
y retornemos felizmente a la Divina Unicidad
de la que tod@s somos ciertamente inseparables.




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