jueves, 14 de mayo de 2015

DIOS SIEMPRE SORPRENDE

      Aquí y ahora, siempre... No hay duda, es Dios quien amorosamente se nos revela de improviso, cuando no nos distraemos con el run-run del millar de pensamientos particulares pululando, y, simplemente, nos encontramos confiados, felices y en paz. Es cierto, Él siempre sorprende de la manera más insospechada y la mayoría de las veces en situaciones de lo más cotidiano. Quietud en la inquietud, dicha en la desdicha, luz en la oscuridad, verdad y amor entre mentiras y temores. Con rotunda seguridad, Dios es una maravillosa e inefable sorpresa de plenitud.

  Estaba desayunando un café tranquilamente esta mañana mientras miraba, a través del cristal de la puerta del balcón que da a la ancha avenida, el verde de las plantas en él puestas -sin pensar en nada en particular-, cuando un pajarillo ha revoloteado primero entre ellas para después posarse, con gracilidad y donaire, en el vistoso ficus. Y por sorpresa, un regalo de Dios... Un instante eterno preñado de santidad ha envuelto mi corazón junto al del pajarillo. ¡Indubitable! Una habitación, Un balcón repleto de plantas. Un ficus. Una ancha avenida. Un desayuno. Un café... Luz...  El pájaro y yo convertidos, por la gracia, en un solo ser, en un único corazón que lo envolvía todo con su común e indiviso latido. ¡Gratitud! ¡Bienaventuranza! No pájaro. No yo. No ancha avenida. No habitación. No balcón. No plantas. No ficus. Desayuno imposible. ¡Aleluya! Sin pretensiones, sin historia que apropiarme, ahí me encuentra ¡Dios y Su Amor!... Sólo Él... todo Él.

     Aprovecho para invitarte a vivir ligero de equipaje... Soltando apegos y aversiones, sin expectativas ni reproches; porque cuantos menos pensamientos mundanos atiborren tu mente, más receptivo a dejarte sorprender, gratamente por Dios, te encuentras.

KHAAM-EL



No busques a Dios en tus expectativas
o te perderás en ellas...
fluye en el presente confiado y en paz...
Dios siempre sorprende.

Bendiciones.





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