martes, 6 de febrero de 2018

CONTEMPLACIÓN DESDE EL SILENCIO INTERIOR: VIVENCIA ILIMITADA

   Sé humilde y vive con sencillez. Nunca presupongas nada como si lo supuesto fuera ya cierto. No te limites a tus juicios... son sólo conceptos en tu mente. Contémplalos con atenta ecuanimidad, sin decantarte por tus personales preferencias ni rehuir tus supuestas aversiones. Mira todos tus pensamientos con la imparcialidad que otorga la simplicidad de permanecer aquí y ahora en paz. Observa como todos ellos vienen y van, como se apoyan unos con otros y como se contraponen frente a sus supuestos contrarios. Reconoce su arrogante vehemencia, así como su inexorable inconsistencia. Fíjate, también, en sus incongruentes exigencias de vano resultado. Siente su pulsión e interferencia y corta, con tu consciente presencia, el frágil hilo de su discurso de ausencia, pequeñez y carencia con el que te identificabas por la pequeñez de la idea de ti como entidad separada... verás como se deshilvanan por completo en su insignificancia. Y, sin ningún sacrificio o esfuerzo de tu parte, lo que trasciende todas las partes brillara nuevamente en plenitud.

   Ahora es aquí y aquí es ahora si no sueñas con porvenires especiales devenidos de un particular pasado en busca de una preferente solución imaginada por un yo ilusorio tomado por real y que quiere controlar lo a todas luces más allá de su reducido e imaginario control. Experimenta la plenitud del momento presente. No te exasperes por cumplir fantasías que sólo son eso, fantasías. Ábrete al instante que vives justo en este instante, sin personales perspectivas de un elusivo e ilusivo llegar a ser. Contempla la contemplación por la contemplación misma y el contemplador se fundirá en ella, vivenciándose ser, conociéndose como infinito ámbito de esencia y dicha, de amor e inefabilidad... sólo todo, allende sus apariencias espacio/temporales, siendo Divina Unicidad.  Namasté.

KHAAM-EL




Contempla al contemplador 
y sólo queda contemplación silenciosa...
sin juicios, fantasías, sin expectativas ni temores.
Ahonda...
Sin el ruido mental del ego, 
la paz de la consciencia indivisa.





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