Pesadez que se aligera.
Angustia disipada.
Miedo que ya no teme.
La terrible densidad de los cuerpos,
una vez descubierta, ya no deslumbra
ni sus huecas promesas nos engañan.
El tiempo de golpe se detiene
se consume
y las formas prende.
Los fríos ángulos se desdibujan
en ese fondo sutil que no sufre.
El espacio ahora se deshace
se diluye
y en su núcleo arde.
Sale el sol sin horizontes.
Todo luz...
Todo dicha...
Libre el Alma,
por la ausencia de contornos
que la perfilen,
resplandece.
Nada se oculta ni huye.
Nada ataca o se somete.
La penumbra que la apesadumbraba
fenece.
Y la vida toda,
la que no se aja ni se pudre,
feliz e infinita
florece.
Vuela el Alma...
Y desperezándose
en la panza de la luna
(como un canguro recién nacido)
contempla de pronto,
sin previo aviso,
desvanecerse su vano ensueño
de entre las brumas.
Aquí, ahora... siempre
la claridad,
toda la claridad.
KHAAM-EL
Se despierta en medio de la noche más oscura del Alma...
Mira en el fondo de tu ser, no te obsesiones con lo pasajero... ahonda...
Encuentra la claridad hasta en la hora más negra y nunca más la tiniebla ni el dolor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario