No dividas tu vida en apartados
o te aislarás de la plenitud. Sé íntegro, valeroso y veraz. Estate siendo
consciente presencia consciente. No le des vueltas al pasado. Agradece el
presente y no te apures por el futuro. Tan sólo puedes ser verdaderamente libre en este preciso instante. Cuanto más atento estés a la
totalidad del ahora más profunda, excelsa y certera será la comprensión
interior de la que brotará tu comunicación. Te levantarás de la cama agradecido
de poder servir a la extensión de la paz de espíritu y su gozo inefable. Olerás
el café recién hecho por la mañana y su aroma será uno contigo e inspirará el
comienzo de un nuevo y feliz día entregado al Amor. El canto despreocupado de
los pájaros será tu propio canto. Caminarás sin apuros al encuentro con lo
cotidiano. Contemplarás los frondosos árboles de los días finales de la
primavera y su intenso verdor, unido al colorido de las flores, acariciará tu
mirada invitándote a la descansada confianza en que hoy será un día de gozo en
Dios y Su Bondad. Sabes que todo aquello que precises para el bien mayor, para
la consumación del recuerdo completo de la unicidad en el espíritu de todos los
Hijos de Dios, para compartir bendiciones, sin duda se te dará; y no habrá
obstáculo, por terrible que sea su apariencia u hostil que semeje el contratiempo,
que pueda contrariarte.
No dividas tu ser
dividiendo todo lo que percibes en diferentes categorías hechas a la medida de
tus propias supuestas diferencias. Cuanto más te halles en ese sagrado ámbito
interior, mayor será el gozo indescriptible de comprobar agradecido y jubiloso
cómo mengua la sensación de estar limitado por el tiempo y el espacio, y cómo
se acrecienta, en cambio, la bienaventurada espaciosidad de lo
eterno.
Mañana no es, ni
ayer tampoco. Siempre es el día
perfecto, éste en el que ahora vives, para detener todo lo detenible y quedarte imparable en
todo lo que Es. Cántale a la vida y la vida te cantará a ti. Bendice el
silencio del ego que es música celestial y la estructura formal de las palabras no te distraerá nunca más de lo sustancial que expresan. No
combatas por alcanzar la paz o la dicha del alma te será esquiva. No hay
pensamientos personales que puedan con la plenitud de lo universal por vistosos que asomen, simplemente no
sigas el discurso conceptual de ninguno de ellos y déjalos pasar como sí de olas
en el mar se tratasen. Discierne que comprender de veras no es entender partes
separadas sino trascenderlas todas en plenitud para vivenciar lo eterno e
indiviso. Ahonda en la consciencia de ser consciente y atiende a lo inefable.
Todo, ahora, sin fisuras, se está comunicando contigo desde lo esencial.
Permanece, por tanto, en lo esencial y comprenderás que no hay realmente nada
que comprender; porque la Comprensión es sin palabras, sin diferencias, sin
aprendizajes arduos o lejanas búsquedas. No quieras comprender la
Comprensión, tú eres ya Ella... la Comprensión es la luz del ahora en toda
su infinita amplitud, la certeza de ser sin aditamentos ni pérdidas, la alegría
de ser sin transitoriedades ni penurias, la bienaventuranza de ser: Ser.
KHAAM-EL
Comprende que hoy siempre es el día en que vives,
Vívelo sin miedo, en compartida Alegría...
rebosante de Amor y Plenitud.
😉
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