lunes, 9 de abril de 2018

EL SUEÑO DE TODO O NADA


Sentado frente a la nada
se ve el todo
fragmentado en diferencias...,
temeroso
y siendo endeble conciencia.

No ser
Ser...
Vacío insonoro
de ansias sin vocalizar
en un equilibrio roto
cual frágil cristal.

El todo,
la nada...
atribulada vida
ante
apariencia escindida.

Ser
no ser...
Delirios y recelos...
claves sin cerrojos...
espadas contra escudos.

La nada,
el todo...
lucha existencial
frente a
oquedad vital.

Silencio... o callada palabra.
Vocablo mudo... o inconsciencia.

Sentado frente a la nada
se percibe el todo
como una sombra soñada...
como una voz que ahora calla
para aullar de pronto
desde un ayer amortajado por el mañana.

Despertar... o sumirse en un sumidero
de delirios que emponzoñan el alma.
Ni el todo ni acaso tampoco la nada
en su alternancia libran del sufrimiento.

Entre el todo y la nada
la mera irrealidad burbujea
en su implacable evanescencia...
Lo joven deja de serlo pronto
y se avejenta hasta el adiós.
Querer asir el entremedias es complicarse
hasta cotas angustiosamente insospechadas.

Simplifica y no te descoyuntes mentalmente
por intentar unir lo que nunca pudo estar separado
ni mucho menos llegar a ser especial o diferente
salvo en meros conceptos perceptivos.
Lo esencial es inafectado por lo circustancial.
Lo universal abarca indistinto lo particular.
Ser y tener no están separados...
lo eterno es lo que de verdad se Es y se mantiene constante
aun en medio de delirantes inconstancias.
Ahonda... despierta...
Lo sencillo... lo que está vacío de inútiles acopios
y, a su vez, se halla sólo lleno de Todo Lo Que Es
resuelve la paradoja imposible
que por un instante se imaginó posible
en un supuesto hueco repleto de inconsistencias.

KHAAM-EL



Trascender el sueño de todo o nada te sintoniza con la música del alma.
Esa música interior que dulcemente te despierta del apego a las apariencias
y que te establece nuevamente en la inefable plenitud de lo eterno y bienaventurado.





No hay comentarios:

Publicar un comentario