sábado, 18 de enero de 2020

INFINITO CLAROR


El futuro siempre se hace pasado
y lo percibido se difumina en olvido.
Sólo el instante santo e inefable perdura,
ese tesoro de tesoros
que en la perfecta brillante quietud del corazón
en paz nos bendice.
El sosiego del alma es la más preciada y resplandeciente joya
que pudiera jamás hallarse.
¡Luz inextinguible!

No desesperes y contempla lo que perdura por siempre.
No es afuera.
Estate atento y... mira.
No le des importancia a lo impermanente.
Deja transcurrir lo cambiante con consciencia...
lluvias y rasos; tardes, noches y días; horas, minutos o segundos...
Es adentro, sí,
¡Nunca afuera!

No desperdicies la dicha de vivir juntos en lo interior
por querer atrapar lo exterior.
Juntos es indistintos y plenos,
felices y libres,
eternos e inmediatos,
como una bellísima melodía de armoniosas notas
en comunión.

El oscuro impenetrable de la carne
es penetrado por el Espíritu...
por Su infinito claror.
Reposo Activo...
Aplacada sed, saciado hambre.
Júbilo irrefrenable en el ámbito total
tras el definitivo abandono de la paradoja sufriente.
Grito acariciado por el silencio
que le devuelve la palabra de vida...
¡Amor!











Miedo asustado de sí
desapareciendo para no volver nunca...
La densidad ya no aplasta
ni sus colores y formas despistan del centro sin orillas.
El tiempo ya no entretiene ni aburre;
tras su instantánea detención, deviene en eternidad...
¡Gloria bendita!

Albos los perfiles anuncian transparencias
en ese fondo que los trasciende e infinita.
El espacio se desborda
diluyendo fronteras cognitivas de errática definición.
Luz sin sol ni estrellas, noche imposible.
El llanto se llora y vuelve la risa inocente del alma.
La lucha de los opuestos se opone a sí misma
pacificando acaso imaginarias batallas.
La pérdida pierde su significado
retornado al cabo la abundancia de lo pleno.
Mueren las muertes para vivir como antes de nacer...
¡Despertar gozoso!

De súbito,
libre la consciencia de su pretendida inconsciencia
ve su sueño disiparse sin efectos ni consecuencias.
¡Bendiciones!
¡Todo Bendiciones!
¡Sólo Bendiciones!
Y, ahora...,
siempre,
juntos adentro.
Aquí...,
al fin
en total calma,
el infinito claror.


KHAAM-EL




En el ego y su separatividad no hay claridad.
En unicidad... Infinito claror




No hay comentarios:

Publicar un comentario