Con consciencia presente medita hasta que brille sólo la Consciencia clara... esa honda comprensión que, viendo allende lo superficial y efímero, reconoce al prójimo impecable en lo más sagrado del alma. El error que pareces cometer cuando te identificas con el ego, es tan sólo una cuestión de identificación con lo que no tiene significado, o, lo que es lo mismo, la identificación con ese mismo ego que pretende tener consistencia. Disuelve el apego con que te agarras a lo transitorio. Aclara el presente no divagando acerca de los impermanentes asuntos del tiempo. No aumentes el sinsentido contemporizando con ilusiones. Dales total resolución desde la acción desprovista de interés personal. Sé claro, diáfano y rotundo. No tengas miedo. El mundo percibido no existe tal y como lo egoico piensa. Ser espejos de imperfecciones que solventar es un delirante espejismo de defensa y ataque, de orgullo y desidia. El espejo que refleja Amor se hace uno con él, al saberse en él... sé pues reflejo de Amor, total resolución, y no sesgada opinión que, en vez de compartir impecabilidad, sigue viendo personales diferencias con las que comparar y prejuzgar. Todos somos en Dios, luego lo personal es un estorbo para el Amor. Los espejos que reflejan la transparencia infinita no dan significado a cuerpos transitorios, ni a sucesos vanos de falsa humildad soñando con ser alguien, y se funden jubilosamente en esa perfecta transparencia de luminosa unicidad bienaventurada que es Dios. Nadie te amenaza excepto tu propio miedo (sabe: el miedo es lo personal y el Amor lo impersonal). Aquieta tu agitación interior, deja de justificarla con un afuera a la medida de tus juicios, y fluye, con confianza, en el presente desprovisto de todas esas expectativas personales cargadas de temor y deseo. Conquista el miedo rindiendo el ego y sus razones. La claridad mostrará ahora la senda seguir. Sin duda, al fin, conoces que nada puede fallar para consumar ese inevitable encuentro interior con la infinitud del Ser. Así de sencilla es la total resolución, la consciencia clara que todo temor ya ha disuelto: no procurar ser alguien especial te procura de inmediato Ser de verdad, eternamente, en comunión. Siendo nada... todo. Siendo lo que Es (y no puedes dejar de Ser): lo indestructible, la Divina Unicidad.
KHAAM-EL
No secundes el temor intentando no temer
y disipa sus tinieblas con la Consciencia Clara
que nos revela la vida plena del Espíritu.
y disipa sus tinieblas con la Consciencia Clara
que nos revela la vida plena del Espíritu.
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