martes, 14 de enero de 2020

'YO SOY' ES AMOR PLENO E INFINITO

   Abandona el apego a lo exclusivo, vano y egoístamente placentero. Ve más allá de una voluntad parcial que, en su cortedad de miras, confunde la luz con la penumbra, la dicha con la efímera euforia, la seguridad con proteger un cuerpo caduco y la sabiduría en acumular datos que serán finalmente obsoletos y olvidados; encuentra en lo profundo del alma, en el silencio de la mente discursiva, tu voluntad sagrada que es indivisa de la Voluntad Divina y que, por tanto, ve allende lo aparente y sé feliz -en eterna comunión viviente- al conocer la plenitud del Espíritu. Sí, despídete para siempre del ego y sus falacias y halla el Amor Pleno que nos alienta, guía y nutre desde lo Inefable hasta lo más hondo de Ser... Cielo y Tierra unidos en Bendición. Confía. Entrégale, día a día, tu vida a Dios con convicción: -¡Oh, Dios! Hágase en mí hoy, mañana y siempre, según Tu Palabra. Ilumina mi mente, abre mi corazón al prójimo y dame fortaleza para hacer lo que debo. Sí, quiero aquietarme de veras, sosegarme por completo, escucharTe, y saber que YO SOY es Dios en mí, en todos, en todo. 

   Practica lo antedicho, pero pratícalo con constancia, y, como señala 'Un Curso de Milagros', cada vez las palabras serán menos necesarias en tu vida; porque, las palabras del mundo, tan sólo son conceptos, rudimentarios símbolos superficiales de algo muchísimo más profundo y esencial; no las confundas, pues, con lo importante. Nunca es lo literal, siempre es lo esencial. La Palabra de Dios no es vana y cambiante como las humanas. Ve en la dirección interior y silenciosa para que se llene de quietud. Tú mente, si practicas la confianza total en Dios, se está simplificando, al dejar de confundir al cuerpo como una salida a tu angustia y verlo como un simple muro símbolo de la separación, que, ahora, puede reutilizarse como medio de expresión universal. Con la práctica sincera, ya no te encandilas con la urdimbre de las palabras y ahondas en el trasfondo que las sustancia, comprobando que la vida es inmediata y no discursiva, y que las situaciones incómodas o agradables, en sí, no son problemáticas o deseables sino se toman de forma personal. El miedo y sus limitaciones va debilitándose por la fe viva de la confianza en Dios hasta desaparecer... y, de súbito, una esplendorosa llenura vacía de conceptos sustancia el alma colmándola de Perfecto Amor. Por fin, recuerdas la única respuesta a todas las cuestiones que pudieras plantearte, la solución incontrovertible, la puerta siempre abierta de salida... aquietarte y saber, por experiencia viva, que YO SOY la unicidad, esa inefable plenitud que es no dos en Mí e, inevitablemente, en ti, en todos, en todo. Practicar y Hacer lo antedicho de todo corazón es elegir de nuevo; esta vez, en favor de la Verdad y la Vida Eterna. Recuerda bien que al ser YO SOY Dios en ti, en todos, en todo, no hay sufrimiento, deterioro ni muerte reales; pues, el Hijo de Dios no puede sufrir, marchitarse o morir. Comprende: al igual que YO SOY Dios no conoce sufrimiento ni limitación alguna, tú, el Hijo de Dios, eres indiviso a/en/con/desde/por/para YO SOY; pues, en efecto: -El Padre y el Hijo son Uno... YO SOY es el Padre, y YO SOY es el Hijo, mediante el Santo Espíritu que YO SOY; permaneciendo indivisa la Bendición Universal en toda Mí Creación infinita y bienaventurada.

   Mantente alerta en favor de lo veraz y evita tomar por cierto lo que los impulsos egoicos pretenden imponer con artera tentación. Mira tu mirar, no creas nada por inercia o interés. Escucha de donde viene el pensamiento. Siente de donde procede el sentir. Estate vigilante a desenmascarar la indolencia. No te amodorres con juicios parciales que condenan todo aquello que no le ofrece lo que exigen sus particulares deseos. ¡Despierta! ¡Ilumina y disipa todos esos egoicos pensamientos como si de nubes se tratase! No te retrases por nimiedades pasajeras, creyéndolas importantes; ¡no lo son! Y en esta claridad de Consciencia, en este Perfecto Amor, con jubiloso asombro, verás cómo la Paz de Dios, que se encuentra más allá de todo entendimiento, suposición, palabra o imaginación, se extiende en todas direcciones haciendo de todo el universo una hermosa y sincrónica unicidad. ¡Aleluya! Bendito es el encuentro interior con la infinitud del Ser, que te invita y exhorta a que retornes a Dios junto con tu prójimo, que es uno contigo en ese YO SOY Dios que nos incluye en Su Amor Pleno e Infinito.

KHAAM-EL



No te aferres a los juicios del ego
ni persigas sus señuelos de felicidad
que finalmente atormentan.
Vive todo sólo para el encuentro con Dios,
con ese inefable YO SOY,
y Su Perfecto, Pleno e Infinito Amor
 será en ti según Su Palabra Indivisa
incluso en los vaivenes de este mundo efímero.




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