lunes, 27 de febrero de 2017

SIN LO ILUSORIO: BENDICIÓN *


   ¿Quién eres? ¿Tus deseos y temores? ¿Tu ubicación personal? ¿Tus creencias o suposiciones? ¿Ese conglomerado de pensamientos al que llamas yo? ¿De veras estás convencido, sin ninguna sombra de duda, de que tu opinión de ti y del mundo es correcta? ¿Quién eras antes de ser quién crees ser? ¿Quién serás después de que el cuerpo se desvanezca? ¿Y el mundo, dónde estaba antes de todos tus antes y dónde estará después de todos tus después?

   Estar llenos de conceptos sólo acarrea tensión y conflicto, desesperación y pesar, cólera y evasión, una diversidad de estados de ánimo variables que quitan la paz y la dicha de ser sencillamente aquí y ahora. El tiempo y el espacio se convierten en una prisión que te seduce ofreciéndote un confort que no existe. Cualquier límite te llena de carencia. Sal de esa prisión rompiendo los barrotes que te encarcelan y limitan, desatendiendo a las calificaciones con las que te sustantivas, yendo más allá de toda particular definición... encontrando la solución en la paz mental y no buscándola infructuosamente en medio del arrebato de los pensamientos entrechocando entre sí.

   Cuando estamos completamente en paz la mente se vacía de conceptos e historias; más si reincidimos en otorgarle significado a cualquier concepto o historia, por nimio que éste o ésta sean, la mente vuelve a llenarse rápidamente con una multiplicidad de ellos y ellas, y se inquieta de nuevo envuelta en una vorágine de creencias y opiniones, en una proyección devastadora, en un infierno de sensaciones contrapuestas... Has de permitir que todas las historias y todos los conceptos que las tejen se rompan, se deshilvanen, se deshagan, manteniéndote vigilante en consciencia, y constatarás cómo al desvanecerse una historia surge un acuciante impulso a fabricar otra. Ese impulso es el miedo de la mente identificada con la forma a vaciarse de sus asideros conceptuales, cuando estar vacía de conceptos e historias personales es su estado natural de plenitud. Una vez visto el miedo tal y como es, un irreflexivo impulso a hacer o dejar de hacer, que embota el entendimiento con millares de proyectos y excusas, puede al fin la mente desidentificarse definitivamente de él y atravesar en paz la intensa angustia de lo egoico (los conceptos e historias de personal impulso), y, con confianza, atención plena, sosiego interior y ecuanimidad de juicio, experimentar lo inefable que ya se encontraba sin menoscabo en su seno. Vacío de ilusiones todo rebosa bendiciones y los milagros corrigen todos los errores de percepción que angustiaban el ánimo. Nada de lo acontecido es tal y como lo personal imagina. La realidad no es la mudabilidad de lo aparente. El sufrimiento, la soledad y la muerte no son reales porque no afectan al espíritu, a lo esencial, a la Vida que conoce qué es ciertamente la Vida. No busques fuera. No te alejes buscando acercar lejanías o todo se convertirá en un inútil sacrificio. Es mucho más sencillo... Sé aquí y ahora, en paz, sin complejidades, ni presunciones... el Amor no exige padecimientos, los deshace de inmediato con rotunda dulzura. Permanecer en lo permanente no es difícil cuando se sabe que lo impermanente carece por completo de valor, que lo exterior es sólo el sueño vano de un yo supuestamente separado.  

   Sin esperar un resultado determinado lo definitivo es vislumbrado por la mente que halla lo esencial en el presente al abandonar, libre y voluntariamente, su búsqueda exterior. 

Lo que se aguarda o teme no es ahora
y lo que no es presente es suposición.
Ve a lo sustancial, a lo nucleico. 
Conoce. Vivencia. Sé.
Acumular suposiciones agranda los yerros.
Sabiduría es ignorar las ignorancias.
Nada espera ni desespera a lo que Es.
Nada ilusiona ni atemoriza a lo que Es.
Presente intemporal es en verdad lo perenne.
Ni agua, ni tierra, ni aire, ni fuego
condicionan su ser ilimitado.
Intachable... trascendiendo todo cuerpo.
Siendo ser puro... pleno... inconcebible.
Vacío de fracciones y de aditamentos.
Vacío de conceptos y de representaciones.
Nada entenebrece lo que no conoce contradicción.
La forma se transfigura en la luz clara de lo que Es.
Paz, inefable y gozosa paz de espíritu manando incesante.
Lo pasajero nada tiene que ver con la impecabilidad eterna.
Lo esencial es lo que eres, lo que soy, lo que somos... unicidad...
perfecta unicidad en la Divina Unidad... Amor... Verdadero Amor.

KHAAM-EL




Permanece en la bendición de no sucumbir a la tentación de lo ilusorio.
El mundo no es un límite, es una idea.
Ahonda. Medita. Conoce.

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