Después de este escrito introductorio adjunto el audio de una charla en la que invito a descubrir, en lo más íntimo del entendimiento directo, la ilusoriedad de todo lo percibido en el espacio/tiempo, y tomar consciencia de la prisión a la que nos somete la creencia de que lo que nos limita (cuerpo en el espacio) en diferentes circunstancias sucesivas (tiempo) es la realidad.
Aquí, en lo perceptivo, todos parecen egos y aquello que realizan, meras obras del ego; todo es una postura y una perspectiva personal, un relacionarse de forma interesada y especial. Aunque, en última instancia, como señala 'Un Curso de Milagros', el ego no es nada pero aparece como si fuera realmente algo. Contempla y medita. Confía en el presente, sin distraerte con ideas del pasado proyectadas hacia un posible futuro. Sé congruente y veraz con cualquier pensamiento que asome en la consciencia. No temas al temor y atraviésalo con firme determinación. Así de simple es descubrir que el ego es el espacio/tiempo mismo, percibiéndose desde diferentes y limitadas perspectivas consideradas como separadas entre sí. Más, la mente egoica no es la auténtica mente -la esencial e indivisa-, sino un sistema de pensamiento que imagina múltiples sistemas de pensamiento, afines o contradictorios a cualquier postura, brillantes, mediocres o estúpidos, arrogantes y tibios, en un larguísimo etcétera de multiplicidad mareante. El ego es legión, parece muchos reproduciéndose y replicándose en una inacabable cadena de aparición y destrucción. Por eso, como el ego no puede existir en la coherencia infraccionable de la eternidad, en lo real y pleno, fabrica la ilusión del espacio/tiempo en el que sugiere que se ha de evolucionar, mejorar, sacrificarse, pelear, y mil argucias más, para alcanzar una futura felicidad y bienestar, que finalmente nunca llega; sencillamente, porque todo el universo perceptivo no es más que un sueño de angustia y restricción, una cárcel que se ensancha y ensancha, como si eso pudiera ser una solución, pero sin poder romper jamás sus asfixiantes muros.
Sólo despertando del apego a soñarse corpóreo, separado y diferente -abandonando el sistema de pensamiento egoico para retornar a los pensamientos amorosos e íntegros de lo santo y eterno, del espíritu y no de la carne-, la liberación es experimentada; y todos los aparentes límites vistos como lo que son: ineficaces paradojas que intentaban ocultar la Verdad eterna y bienaventurada del Ser... Despertar es ser libre de imaginaciones tomadas por ciertas... un regreso a lo de antes de cualquier ensueño... Amor... Paz... Júbilo... Libertad... uno con lo Divino... uno sin posibilidad de división, contradicción u oposición... Plenitud y Vida.
KHAAM-EL
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