Adjunto, tras esta breve introducción, el audio de la charla en la que profundizo en la universalidad esencial del símbolo de la Pascua como propiciador de una actitud de desprendimiento y humildad, de total y confiada entrega a la Voluntad de Dios, que nos trae la salvación del sufrimiento y la muerte gracias a la desbordante y rotunda bendición que desciende desde lo santo sobre todo aquel que encomienda a Dios su espíritu y su vida entera sin condiciones.
Todo aquel que reconoce estar equivocado y, sabedor de que con lo personal jamás puede llegar a saber como es realmente nada ni nadie, puede admitir que ver y entender con los ojos del cuerpo no es verdadero ver ni entender. Entonces, está pronto a curarse de su ceguera e ignorancia. Ya que ahora si puede elegir la fortaleza del Cristo, del Buda, del Tao o de lo eterno en él (que en esencia es lo mismo). Y, semejante actitud de abandono del ego y sus personalismos, le traerá la Pascua Florida de la Resurrección, la Iluminación, la Plenitud y Vida Eterna, que es en/del espíritu y nunca en/de la carne. Un inmerecido milagro que resucita al alma del mortecino y angustioso vivir/morir del ego, para restituirla a lo intemporal.
No te demores más. Dile sí, a la Voluntad de Dios... ¡Todo irá bien! La angustia trocará en dicha y aridez del alma será irrigada con el Agua de Vida eterna. ¡Ten fe! Así de poderosa es la Misericordia Divina.
KHAAM-EL
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