1.
No ir en pos de algo ni de alguien en particular, destejiendo los entresijos que el egoico elucubrar hilaba, otorga libertad.
2.
Duda tanto de los dictámenes que la incertidumbre considera sensatos como de aquellos que la rigidez toma por ciertos. Evitarás así el ancho camino de la equivocación y podrás vislumbrar la angosta senda del discernimiento que conduce a la verdad.
3.
Acompásate sólo al ritmo del corazón silente, al compás del pálpito del alma en paz. Síguelo instante a instante, hasta el aquí y ahora del que es parte inseparable. Déjate llevar por su latido, por su hondo impulso... Descubrirás que está en sincrónica armonía con la totalidad.
4.
Sólo hay un ansia que cultivar, la de vivir abierto al espíritu. Sólo hay un ansia que evitar, la de vivir apegado al cuerpo. Y, de súbito, todo ansia se desvanece en una paz más allá de todo personal entendimiento.
5.
Si de verdad quieres la verdad, no esperes general comprensión y mucho menos aplauso. Porque, en un mundo dividido y egoísta, es considerada como la mayor de las impertinencias la libre expresión de lo pertinente para solucionar esa disensión y egoísmo en el que está sumido.
6.
En lo aparentemente cubierto (este mundo de cambiantes formas) aprendemos a descubrir lo que jamás ha podido estar cubierto salvo en ilusiones: La Plenitud de Ser, el Amor de la Divina Unicidad.
KHAAM-EL
Somos Consciencia Pura, no ego.
Mas, sólo ahondando con consciencia en la consciencia
dejaremos de lado la trivialidad del pensamiento imitado
y aprendido como ciegos autómatas que se adhieren a lo externo
intentando paliar una imaginaria insuficiencia;
creyendo, con supina ignorancia, que eso es ver y comprender.
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