La
parábola de vivir en este mundo se comprende amando; la metáfora de
las formas se concreta en el Espíritu, amando; la alegoría del
tiempo se funde en lo intemporal, amando... es sólo con, en y por el
Amor a Dios, o Amor Universal, como se trasciende el amargo sueño
del pequeño amor personal que lo hacía todo mezquino, turbio y
doloroso.
Contémplalo todo, lo que florece y después se aja, lo que reverdece y al cabo se seca y deshoja, sin un yo seccionado, y te sabrás uno con cualesquier aspecto de lo percibido... Y una vez aprehendido esto, una vez vivenciado y convivido todo desde el tuétano de la consciencia, el alma vuela, de nuevo, libre y despierta de cualquier sufrimiento o temor en la Plenitud de la Divina Unicidad.
KHAAM-EL
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