viernes, 3 de diciembre de 2021

ABRAMOS LA MIRADA DEL ESPÍRITU Y PRONUNCIEMOS SU VOZ

    La firmeza del Espíritu no se doblega ni amilana ante los oscurantismos de tramas secretas (cuasi mafiosas), que pretenden obtener el control de los resortes que estipulan las normas y administran las riquezas del mundo mediante la intriga, el disimulo y la mentira. Y esa solidez de luminoso alcance, termina sacando a la vista de todos la taimada vileza de los secuaces de la maldad; de esos adoradores del 'príncipe de este mundo'; de esos elitistas arrogantes travestidos de solidarios; de esos homicidas de falaz e indigno discurso que legislan en favor de la muerte y hablan de derechos de egoísta urdimbre, olvidando los deberes que conlleva vivir de veras; de esos privilegiados que no sólo no comparten el pan con su prójimo, sino que le quitan las pocas migajas que aún le queden; de esos que azuzan el miedo propalando mentiras y exageraciones para llevar a los ciudadanos de buena fe a donde no quieren, a donde desfallecen y perecen, mediante engaños, lisonjas o burdas presiones impuestas bajo el estrafalario disfraz de un supuesto bien común, diciéndoles con la mayor de las desfachateces que es lo mejor para ellos, y así seguir avanzando en su planificado y agendado 'mundo sostenible'. ¿Sostenible para quién o quiénes? me pregunto, ¿para todos, o para ellos a costa de muchos?
    Miremos nuestro mirar el mundo y veámoslo libres de cualquier prejuicio, sesgo o particular ansia, al anhelar ver de veras. Estemos vigilantes para aprehender únicamente, sobre todo y sobre todos, la Verdad del Espíritu de DIOS; Su Amor Universal; Su no llegar a componendas con lo carnal, banal y egoísta; Su Fuego Santo que convierte en cenizas y humo toda la vanidad e iniquidad del mundo; Su Bendición de Vida Eterna y Espiritual que espera nuestro sí, para que con renovada Visión pronunciemos Su Voz disipadora de ilusiones, destructora de maldades y mentiras, aclaradora de dudas, iluminadora de las penumbras que se cernían sobre el alma, liberadora de la prisión de la carne y de la condena a muerte que esta última acarreaba.
    No sigamos a ciegos como si fueran videntes preclaros o seremos nosotros mismos ciegos yendo al precipicio junto con ellos. Abramos la mirada del Espíritu y emancipémonos del abuso de las huestes del egoísmo más rastrero e infame, de los sicarios de la malicia más despiadada y artera, de los estúpidos engreídos que se creen las luces más brillantes y que arrastran en su ciega caída al dormido, al temeroso, al tibio, al ávido y al crédulo. "Sed astutos como las serpientes e inocentes como las palomas", nos exhortó Jesús de Nazaret, avisándonos de que estuviéramos bien alerta: "¡Cuídense de los hombres! Los arrastrarán ante sus consejos, y los azotarán en sus sinagogas. Incluso serán llevados ante gobernantes y reyes por causa mía, y tendrán que dar testimonio ante ellos y los pueblos paganos. Cuando sean arrestados, no se preocupen por lo que van a decir, ni cómo han de hablar. Llegado ese momento, se les comunicará lo que tengan que decir. Pues no serán ustedes los que hablarán, sino el Espíritu de su Padre el que hablará en ustedes. Un hermano denunciará a su hermano para que lo maten, y el padre a su hijo, y los hijos se sublevarán contra sus padres y los matarán. Serán odiados por todos por causa mía, pero el que se mantenga firme hasta el fin, ése se salvará." 

KHAAM-EL


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