1.
Comprender que no hay retorno al pasado, ni para bien ni para mal, sino recuerdos que hay que perdonar es la actitud desapegada que libera de la angustia y el temor.
2.
Que la esperanza de ser en el Amor guíe tu más íntima y sincera introspección. Ahonda con honesta consciencia, sin expectativas, sin reproches, sin imaginaciones ni prejuicios. Indaga con constancia en tu interior. No te creas a la ligera o por rutina tus creencias y eclosiona a la razón pura, directa e inmediata; donde sin injerencias conceptuales lo inefable se manifiesta sin personales tapujos en plenitud.
3.
No te deslumbres con los breves destellos de lo aparente; pues lo que deslumbra, aunque sólo sea por unos breves instantes, siempre ciega.
4.
No es diferente en lo sustancial defenderse que atacar; puesto que en ambos casos la desconfianza impera sobre la confianza, y el conflicto parece más atractivo que la paz al seguir un razonamiento destructivo y egoísta. Más el perdón de la ilusión de querer poseer la razón por apegarse a un punto vista particular y exclusivo como fuente de conocimiento nos apertura una visión todoabarcadora de la interacción de las relaciones que nos facilita la posibilidad de trascender las apariencias separativas y contemplar la realidad en su indivisa plenitud: el Amor.
5.
Lo eterno no es un tiempo ilimitado; es, más bien, un presente infinito. Un ahora pleno... Pura intemporalidad consciente de Ser intemporal compleción.
6.
Caminar por la senda de los deseos dirige al precipicio de la frustración o el hastío, de la arrogancia o la desolación, de la ira o la depresión; perpetuando el oscuro ciclo de los dolorosos disfrutes de inevitable desesperanza última. Más, caminar por la senda de la ecuanimidad nos libera de lo contradictorio y cíclico conduciéndonos hasta lo definitivo, bienaventurado y eterno.
6.
Caminar por la senda de los deseos dirige al precipicio de la frustración o el hastío, de la arrogancia o la desolación, de la ira o la depresión; perpetuando el oscuro ciclo de los dolorosos disfrutes de inevitable desesperanza última. Más, caminar por la senda de la ecuanimidad nos libera de lo contradictorio y cíclico conduciéndonos hasta lo definitivo, bienaventurado y eterno.
KHAAM-EL
No temas mirar con confianza en tu interior... lo infinito Es en él.
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