lunes, 1 de marzo de 2021

RAGNARÖK

(Ragna es el plural de regin, 'dioses' o 'poderes gobernantes', mientras que rök significa 'destino')

    El tortuoso imperio de los endiosados, de los poderosos, codiciosos y engreídos, de los autoconsiderados por sí mismos superiores sobre sus iguales, se acercará a su fin justo cuando más confiados se encuentren, cuando se sientan seguros de que sus planes van a salir triunfantes, cuando con malicioso regusto se deleiten en la creencia de que el mundo se está sometiendo a sus vanidosas voluntades.
    Los relatos dirán lo que no ocurre para ocultar lo que sí ocurre, el engaño será norma y ley para obtener lo que el poderoso o influyente desea, y la tiranía se revestirá con aureola maternal y democrática para aparentar justo lo contrario a lo que es. En nombre de curar se intoxicará. En nombre de la abundancia se empobrecerá al pobre para mayor riqueza del rico. En nombre del bien se infundirá el mal. En nombre de la ciencia se impondrá el pensamiento único. En nombre de lo humano se aborregará y conducirá al matadero. En el nombre de lo cívico el vecino acusará maliciosamente a su vecino para medrar y obtener ganancia. En el nombre de Dios se idolatrará el cuerpo en detrimento del espíritu. Entonces, sabed que el principio del fin se aproxima. Entonces, aceptad que el mundo es conducido por la bestia del soberbio egoísmo al abismo y no esperéis mieles por más que las proclamen de tales hieles. Entonces, despertad, despertad del letargo de siglos, o el sueño de la vida se convertirá en una tétrica y opresiva pesadilla.
    La segadora de tiempo dejará ciudades y pueblos como un calvero, desolado, lleno de espanto, dolorido con la suma de quebrantos y anegado hasta lo indecible por el llanto. El buitre, la hiena y los carroñeros se darán un festín que se repartirán impúdicamente. El león rugirá herido por la serpiente, el águila no podrá volar agotada por el cúmulo de tempestades que atronan el cielo, los mares se tintarán de grana; el blanco se vestirá de negro y los cirios prendidos por un difunto se mantendrán encendidos para recibir a los siguientes.
    El dicho "Un tiempo para vivir y otro para morir" se transformará ahora en: un tiempo para morir en vida... una esclavitud que cifrará el alma con un código que la controle para que no salga del redil... una oscuridad que ocultará el sol interior con un muro exterior de intolerancia al librepensador... una mirada penetrante, deshumanizada y sumamente censora vigilará incansable noche y día, escudriñando hasta el último detalle de los actos que se hagan o dejen de hacer... una maldad que se autodesignará bondadosa impartirá castigos, multas y cosas peores por el bien de un sistema que no tendrá en cuenta al que en él vive (resonando muy fuerte, en las conciencias no mancilladas por semejante oprobio, las palabras de Jesús de Nazaret: "El sábado se hizo para el hombre, y no el hombre para el sábado").
    Entonces, las viejas profecías serán presente; y ese presente ignominioso, confiad, perecerá por su propio caos. Y la gracia Divina se derramará sobre el que se mantuvo leal y solícito al verdadero bien de su prójimo, al que perseveró y trató con dignidad y cariño al apartado, olvidado, burlado, vilipendiado, encarcelado o ejecutado por los medios al servicio de los endiosados, dando esa actitud generosa y fraterna cabida a una vivencia clara de lo milagroso, a una comprensión renovada del hondón humano como Hijo de Dios, a un redescubrimiento de la comunión de espíritu, a una victoria que procede de lo eterno sobre todo lo mundano, a una santificación que destruirá el mal y su pecado mediante un juicio final que acabará con todos dolorosos los finales que el odio y el miedo recomenzaban una y otra vez. Entonces, sí, entonces, en medio de las lágrimas y el derrumbe alegraos y manteneos firmes, el destino de los poderes gobernantes o, dicho de manera poética, 'dioses de este mundo' se habrá consumado y su desaparición es inevitable... ahora la Paz, la Dicha, el Amor y la Verdad volverán a brillar como antes de todo antes y como después de todo después... pura DIVINA UNICIDAD.

KHAM-EL


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