1.
Buscar atajos en la práctica espiritual es justamente la opción que la convierte en larga y tediosa, y finalmente en infructuosa.
2.
La inutilidad de la queja que únicamente queda en eso, y no en acción correctora, muestra que en el fondo quien así obra sólo quiere proyectar la sensación de culpa fuera de sí, intentando en vano librarse de ella.
3.
Toda decisión tomada bajo el auspicio de la paz de espíritu es sin duda acertada, y le conllevará a uno benéficas e insospechadas consecuencias, mientras que cualquier decisión tomada sin ella, aunque sea de pronto agrado, es errónea; ya que todo lo que proviene de un interés meramente personal, o precipitadamente impulsivo, acarrea finalmente culpa y desasosiego.
4.
Quien tiene en cuenta al prójimo para el bien, se tiene en cuenta a sí mismo aunque no lo sepa, mas quien sólo se tiene en cuenta a sí, olvidando el bien del prójimo, aun sin saberlo, se excluye de dicho bien.
5.
Todo bien que no sea un bien común, todo acto de bondad que no sea una bondad universal, todo aprecio que no sea un aprecio general, ni son bien ni bondad ni aprecio verdaderos; porque escoger a unos ante otros para el bien, la bondad o el aprecio, es tratar mal, olvidar o despreciar a otros.
6.
Ante la incomprensión, mofa, menosprecio, animadversión o ataque de alguien, tengamos muy en cuenta, y no olvidemos, las palabras de Jesús de Nazaret en la cruz: "Padre perdónalos, no saben lo que hacen." Así, incluso en los fracasos y padecimientos terrenales más tremendos, hallaremos éxito espiritual: paz mental, inmenso amor, certeza de vida eterna y milagrosos atisbos de plenitud que impelerán nuestra completa transformación de lo corpóreo a lo espiritual, de lo temporal a lo intemporal, de la angustia a la dicha, de lo tenebroso a lo esplendente.
KHAAM-EL
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