La mentira y la avidez parieron la lágrima...
La cosecha se logra paso a paso, con presencia, tesón y humildad,
manteniendo el paso y la mano firmes, claro el propósito
y la sonrisa amigablemente dispuesta...
¡Ninguna tesis o sortilegio para esquivarlo sirven!
Sólo el Corazón puede despejar el santo camino,
la eterna senda.
El rencor y la envidia engendraron mil lágrimas...
Es inútil rogarle al Inefable si no le sabemos escuchar.
Es estéril ambicionar recolectar bendiciones
si no consentimos sembrar con el Espíritu...
¡Ni mil preces ni mil relaciones para eludirlo valen!
Sólo el Amor puede guiarnos por la sagrada ruta,
la inmortal senda.
KHAAM-EL
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