Disfruta de lo sencillo. Cuanto más consciente estés a la
totalidad del ahora más claro y sublime será el silencio interior del que
emerjerá tu expresión. Te levantarás por la mañana feliz de poder servir a la
propagación de la paz de espíritu y su bendición inefable. Olerás el aroma a
café recién hecho y será uno contigo, e inspirará el comienzo de una nueva y
gratificante jornada entregada al Amor. Saldrás a la calle, respirarás el
aire con profundo agradecimineto y el trino despreocupado de los pájaros
será tu propio canto. Caminarás sin apuros ni personales expectativas al
encuentro con lo cotidiano. Contemplarás la sobriedad de los árboles en otoño
(o su primaveral y frondoso verdor intenso si estás en el hemisferio sur) y su
quietud iluminará tu mirada, invitándote a la descansada confianza en que hoy
será un día de íntimo gozo en Dios y Su Bondad. En Él sabes que todo aquello que
necesites para el bien mayor, para la consumación del recuerdo íntegro de la
unicidad en el espíritu de todos los Hijos de Dios, sin duda se te dará; y no
habrá obstáculo, por terrible que sea su apariencia u hostil que semeje el
contratiempo, que pueda contrariarte, pues compartir Amor es ser plenitud de
vida.
No quieras
acallar la voz del ego con el ego. Contempla tu mente agitada en paz y lo
silencioso se hará patente sin esfuerzo. Quédate ahí, ecuánime en medio de la
tormenta... finalmente, siempre llega la calma. Cuanto más te establezcas en ese
silencio interior, contemplativo de lo agitador y parloteante, mayor será la
indescriptible bienaventuranza de vivenciar como mengua la sensación de estar
limitado en el tiempo/espacio y como, en cambio, se acrecienta la inmensa
espaciosidad de lo eterno, esa inefable atemporalidad de lo indiviso.
Siempre hoy es un buen día, perfecto para desplegar la acción desprovista
de temor, este en el que ahora vives, sin duda te ofrece la posibilidad de
detener todo lo detenible y
quedarte imparable en Todo Lo Que Es. Sonríele a las sonrisas y a las
lágimas, a la furia y al abatimiento, a lo hermoso y a lo horrible... Cántale a
la vida y la vida te cantará a ti. Bendice el silencio interior de una mente en
paz porque es música celestial, y las palabras dichas por decir, vacías de significado,
no te distraerán nunca más. No combatas por alcanzar lo inalcanzable o por
querer asir lo ilimitado sin haber soltado antes todo apego a los límites. pues
sostener lo contradictorio hace que la sabiduría del alma parezca esquiva. No
hay pensamientos que puedan con una mente en paz y un corazón rebosante de Amor
por contrapuestos que asomen, simplemente no sigas el discurso conceptual de
ninguno de ellos... déjalos pasar como si de olas en el mar se tratase, o como
se ven cambiar las nubes en el cielo hasta difuminarse. Todo
precisamente aquí, exactamente ahora, se está comunicando contigo desde lo
esencial. Permanece, por tanto, en lo esencial y comprenderás que no hay
realmente nada que se tenga que comprender; porque la Comprensión es sin
palabras, sin diferencias, sin aprendizajes arduos o lejanas búsquedas, sin
ritos específicos ni mitos idealizados. Pura simplicidad: la Comprensión es la
luz del ahora en toda su infinita amplitud, la certeza de ser sin aditamentos
ni pérdidas, la alegría de ser sin transitoriedades ni penurias, la
bienaventuranza absoluta de ser, Ser.
No quieras querer como querer y querrás, de inmediato, lo que siempre Es en plenitud. Sencillo, nada complicado: no quieras ni intentes comprender la Comprensión, tú ya eres Ella.
Hay una Luz muy profunda en tu alma
que refulge más que todas titilantes las luces del mundo.
No te distraigas con lo externo, ni quieras querer como tenerla...
ya eres esa Luz ahora.
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