SÉ TESTIGO DEL TESTIGO DEL MUNDO Y DESPERTARÁS

   Cuando la Realización sucede, y todo es experimentado como ciertamente es, sólo hay plenitud... En esa comprensión/consumación indubitable, quién supuestamente pareció alcanzarla desaparece para que Eso que Es sea sin ilusiones, en una insondable atemporalidad de inefable consciencia. Aquello que permanece soy, y eres, y son, y somos, en sublime comunión... puro Soy, nada más, nada menos. Iluminación. Ser. Total claridad.

   Tras una sobrecogedora quietud, en el núcleo mismo de la vorágine, por la que la agitación de lo egoico se calma hasta desvanecerse por entero, lo evidente deja de mostrarse esquivo... Ser nunca fue, ni será, un burdo aparentar; es la rotunda inmediatez de una eterna completitud esencial, la manifiesta gracia de una vida sin muerte, un don de dones que se dona a sí mismo sin cesar para compartirse y extenderse abundante, ilimitado e incontenible. 

   Atraviesa los sueños sin distraerte con sus vanas cantinelas de seductora atracción. No te pares en ellos o, atrapado por sus señuelos, sentirás morir la dicha de ser. Avanza sin dilación y ve allende sus provocativas promesas de torticero influjo. No mires atrás, o te enredarás con la culpa y el dolor; tampoco quieras adivinar el porvenir, o tejerás un entramado tan confuso y penoso como el pasado que dices querer mejorar. Sé testigo del testigo del mundo. No hagas nada, excepto no apegarte al ansia de un resultado personal... deja que todo sea hecho echando fuera lo pretencioso. Nada hay en tiempo/espacio que valga para siempre... ve más allá de lo caduco, introduciéndote en el meollo mismo de la consciencia que conciencia la percepción. Saldrás de donde nunca estuviste realmente, y despertarás de lo imposible al traspasar el límite de todos los límites... todo vibrando armónico, rebosante de Amor y Dicha en perfecta unicidad, con el propósito santo de extenderse sin término... Luz libre de penumbras.

   Una vez cruzado el umbral de la meta definitiva, todo es 'no dos' y el llegador, como tal, carece de significado; luego, éste, jamás pudo tenerlo. Porque la incontestable Realidad es intemporal e inespacial existencia, ostensible presencia siempre presente, consciencia absoluta sin necesidad de conceptos, júbilo sin principio ni fin definibles, inmaculada pureza de profunda paz ilimitada, comunión en el espíritu de esplendorosa e inefable gloria, luz de amor... bendita luz santa que se irradia desde sí hasta lo infinito.

KHAAM-EL

Vibra lleno de Amor  y Dicha en la indivisa eternidad del Ser.