lunes, 10 de mayo de 2021

DIOS ES

    Basar la comprensión de nuestra vida y la variabilidad de sus circunstancias en el pensamiento egoico es aproximarse a la realidad (siendo inseparables de ella) sin jamás poder aprehenderla. Ensalzar el pensamiento egoico, relegando el espacio consciente que lo abarca a un segundo plano, es salirse de lo veraz hacia lo hipotético e imaginario. Un bosquejo por detallado que sea nunca será lo bosquejado ni una definición será el contenido esencial de lo por ella explicado. Por tanto, para no caer en sugerentes pero falaces fantasías, seamos plenamente conscientes de que lo imaginario es -en grado sumo- seductor, al deducir que sus supuestos, surgidos de la proyección de combinadas memorias, pueden tener consistencia aunque estén forjados con la volatilidad de las especulaciones. Así que imaginar, creyendo admisibles sus evanescentes cavilaciones, es agitarse por nada, ya sea para bien o para mal.    
    La mente ecuánime desbroza, con presencia presente, el desbordado frenesí de ese divisivo pensar egoico hasta que, en la calma íntima de la consciencia, directa, evidente y espontáneamente, la plenitud de la vida se desvela incondicionada, ilimitada, inefable..., llena de DIOS, más allá de cualquier pensamiento que intente explicarLO o comprenderLO... Lo mayúsculo engulle por completo a lo minúsculo, el significado trasciende cualquier símbolo o lenguaje que lo demarca, un ratoncito no puede tragarse un león, pero éste puede zamparse de un bocado a áquel sin esfuerzo. 
    DIOS ES y punto. Quien lo quiere explicar o negar como significado aparte (el pensamiento egoico) sueña oscuras pesadillas de cuerpos separados, sufrimiento y muerte, cuando realmente es en la luz de la unicidad espiritual, en la dicha y en la vida eterna.

KHAAM-EL

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