sábado, 1 de mayo de 2021

PALABRAS DESHACIENDO PALABRAS PARA QUE SÓLO HAYA COMUNICACIÓN PURA

   El pendular del tiempo permuta las figuras y cuerpos que entrechocan en el caos entrópico del supuesto orden de formas que se deforman, de ayeres y mañanas sólo existentes en la imaginación de un pequeño punto focal de conciencia presupuestamente separado del resto. Mujeres y hombres como electrones y protones danzando una incesante búsqueda del otro que nunca acaba de amalgamarse, periplo de relaciones convergentes en su divergir, unas y unos que se niegan afirmándose peculiares, ilusión de sí albergando pensamientos que se razonan irrazonables o que deliran sesudos identidades aparentes queridas (codiciadas) reales, dicotomía vital anhelando armonía, deseando permanencia, esperando la sublime quintaesencia que pueda llevarla ante los pórticos del Esplendor. Mas un lingüista nunca será el lenguaje ni una letra suelta un poema. Querer hacer de un todo partes es soñar, buscar en lo caduco lo eterno, perderse, y permanecer conscientes de la consciencia a pesar de la impermanencia circundante, recibir el encuentro de lo nunca extraviado.
    Sentarse a los pies de un ídolo es malgastar el tiempo; retirarle la adoración, aprovecharlo. Lo Divino no está afuera, porque no tiene afuera ni aparte. Lo Divino aparece cuando lo egoico se empequeñece hasta desvanecerse, cuando lo contradictorio deja de justificarse, cuando el fanatismo es abandonado en el abrazo infinito de lo fraterno, cuando el sinuoso juego de lo sesudo o irrazonable se deja a un lado y se comparte directo lo espontáneo, cuando la voracidad intelectiva de presumir saber lo ilimitado desde lo limitado se rinde humilde. ¡Ah, entonces victoria! Victoria sin combate, paz inverencial, perfecta dicha, claror sin sombra.
    Aunque el clima sea el idóneo, no brota la rosa sin buena tierra. Y sin la rosa su fragancia sería mera entelequia. El aroma de lo eterno, santo y bienaventurado sólo se apercibe cuando somos buena tierra. Sólo eso basta, del resto se ocupa la Providencia. Así el pórtico del Esplendor se reconoce en lo íntimo, en el meollo de la consciencia; el error de la búsqueda externa se corrige, y la alquimia de lo innoble transmutado en pureza se consuma. El único secreto que parecía ocultar la Verdad era creer en lo secreto. El Sol de soles, en los soles nunca dejó de ser Sol. Tú no eres no yo, ni yo soy no tú... Todos somos Uno... Amor... Dios... Verdad... Plenitud. Quien tenga entendimiento, ahonde en lo escrito, lo ingiera, digiera y excrete... Y lo que quede, energía inagotable, extienda.

KHAAM-EL


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