miércoles, 12 de mayo de 2021

SOLTAR LO PERSONAL, LIBERA

     Dispar es el juicio personal, pues gira en torno a la variabilidad de los deseos y miedos que uno cobija irreflexivo, dando por resultado el embrollo de dimes y decires que ayer eran de una manera, hoy de otra, y mañana, a saber. En consecuencia, o se deja de lado cualquier personal tejemaneje o el sufrimiento será inevitable, y mayor, precisamente, cuanto más empeño se ponga en evitarlo.
    Soltar lo que nos agarraba cuando la perspectiva personal se erigía en juez y parte (el miedo al menos, el ansia de más, la tibieza de la molicie en tiempos prósperos o célebres, la ira de la frustración en años de carestía u oprobio, la vergüenza que impide la claridad justificándola con ocultaciones o disimulos, la avaricia de acumular que quita y quita para sentirse superior al esquilmado, el desdén erudito, la envidia traicionera, el odio ciego, la desidia indolente por pura ñoñería -sino cobardía-, la sensualidad desmedida y abusiva, el orgullo sordo e implacable...), posibilita una liberadora confianza en la vida que a su vez le ofrece confianza al prójimo, ayudándonos en tal suerte a emanciparnos conjuntamente del asfixiante yugo del juicio personal que, en nombre de su contrario, nos aprisionaba. 

KHAAM-EL


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