LA INMEDIATA PROXIMIDAD DE DIOS

    Suele encontrarse lejana en la reducida y frágil memoria humana la cercanía de DIOS en nuestras vidas, la proximidad de Su bendición, la inmediatez de Su plenitud. Por eso, hay que bucear en las profundidades de la mente como el buscador de perlas en el mar, ir más allá de la superficie para encontrar la joya invaluable, para toparnos con lo insospechado a este temporal lado de nuestras vidas: la Divina y Eterna Unicidad de lo viviente.

    El Amor, lo Santo, Inmortal y lleno de Gracia está en nosotros; es más, es más nosotros mismos que nosotros mismos... somos de lo Inmarcesible e Inefable, no de lo corruptible y banal. Es alejándonos de los señuelos y ardides de lo mundano, desinteresándonos de famas, poderíos, lujos, placeres, orgullos, erudiciones, riquezas y exclusivismos, como recobramos ese Tesoro de tesoros que trasciende todo vano valor caduco... Entonces, como antes del ego y sus ilusiones, lo fraterno, humilde y feliz resplandece en nuestras cotidianeidades con esplendoroso y milagroso fulgor.

KHAAM-EL