lunes, 23 de agosto de 2021

UNIDAD ESENCIAL, ETERNIDAD, BENDICIÓN Y PLENITUD

    
Aunque conforman una unidad observable (el cuerpo) los hombros no son los pies, las manos no olfatean como la nariz, ni las orejas ingieren los alimentos que la boca mastica. La unidad trasciende la suma perceptiva de sus partes, ya que las integra y dota de significado mediante el hálito sutil de la vida; vida que sigue siendo la misma sin una mano, pies, nariz u orejas... Por eso el espíritu (la vida íntegra, lo santo y bendito) es más que el cuerpo, y aquél permanece íntegro cuando éste último se deteriora, mutila o fenece. Así que, podemos concluir que el espíritu vive y el cuerpo se percibe; invertir los términos tan sólo genera ilusiones de dolorosas consecuencias formal/temporales. Somos ámbito inefable, consciencia pura en comunión con la vida toda, eternidad, bendición y plenitud; no meras partes, ni frágiles entes surgidos en el tiempo para al cabo enfermar y perecer.

KHAAM-EL

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