OMNIABACANTE AMOR DE DIOS

     En DIOS Verdadero, el que mora en el hondón de nuestras almas haciéndonos Sus Hijos en lo eterno, espiritual y santo, uno e infinito son lo mismo. Porque en su meollo, en su núcleo invaluable e incalculable, ambos extremos cuantitativos y sus matices están vacíos de separación, deshabitados del vano y arrogante relativismo absolutista de una matemática repleta de inexactos decimales fraccionadores que se autodefine y proclama exacta. 

    Todo es mucho más sencillo de lo que parece y nada es lo que meramente varía. Lo Bueno nunca ha sido ni será una cuestión de cantidad, sino de cualidad: un prójimo es todos los prójimos y una mota de polvo tan esencial en la Plenitud Divina como una galaxia; e igualmente amados por Su Gracia son mendigos y príncipes, humanos y arcángeles, varones y féminas, aquéllos y éstos, unos y otros... Cualquier supuesto aparte es trascendido sin paliativos, con rotunda bendición, por Su omniabarcante Amor en un aquí y ahora de inefable cualidad intemporal.

KHAAM-EL