OJO, ENSALZAR LO MUNDANO NUNCA ES CIELO Y SÍ INFIERNO

    No hay menor dicha y sosiego interior que cuando se apoya uno por completo en lo exterior. El mundo ofrece vistosa impermanencia como si fuera esencial y preciada, desencaminando de lo ciertamente valioso para llevar a lo banal, desnaturalizando la libertad con un disimulado sometimiento al dictado de mezquinos líderes que venden sin pudor a sus gobernados por un puñado de oro, fama o poder, a los que despistan de lo evidente con turbios manejos, grandilocuentes soflamas y falaces eslóganes. Y cuando la desorientación orquestada es lo común, las contradicciones proliferan revestidas de "razones" y normas que se acatan irreflexivamente, trayendo desdicha y desasosiego al corazón, llenando de pesar las horas, oscureciendo la claridad del alma, empoderando al miedo sobre el Amor y ensalzando lo mortal en detrimento del Espíritu. Porque, ojo, una vez pérdida el alma, poseer el mundo en vez de Cielo es infierno.

KHAAM-EL