domingo, 28 de agosto de 2022

INTERNA DIRECCIÓN HONESTA Y HUMILDE... INFINITA CONEXIÓN

    Cuando apaciguamos la mente, no dándole significado a los egotistas pensamientos que confunden en nombre de la claridad, cultivamos una actitud presente y desapegada sobre la transitoriedad de lo mundano que, gracias a su fiel práctica, recolecta los bienaventurados frutos de la paz y la dicha de espíritu. Ya no juzgamos ni nos juzgamos desde prejuicios interesados y, tras innúmeras siembras de malas yerbas que nunca nos dieron la plenitud anhelada, al fin hallamos la buena semilla... Ahora nos dirigimos a lo profundo nuestro, al silencio humilde del alma, para ser buena tierra y alojar la bendita simiente en el Corazón. Abandonamos los dolorosos apegos, desdeñamos los engañosos éxitos del mundo y dejamos de tomar las venenosos deleites de lo meramente corpóreo. Emprendemos con honestidad el viaje interior, cultivando la continua autoindagación que nos conecta con lo santo y eterno, con lo que desvanece todo oscuro delirio egoico: la luz del Amor de DIOS.
    Hay que prepararse con paciencia, confianza y rectitud; y, como señala el dicho, "cuando el alumno está preparado, el maestro (el seguro guía) aparece". Y éste siempre ha estado esperándonos en nuestro interior y que por la egoica confusión creíamos alguien netamente superior y aparte. Mas el Maestro, al que los humildes, mansos y veros maestros externos nos dirigen, es esa Guía Interna (puedes llamarla Espíritu Santo, Budeidad, Conciencia Una, Iluminación, estado de Gracia..., el nombre es lo de menos) que está esperando a que aquietemos la mente, abramos el corazón y podamos así escuchar el mensaje de bienaventurada unicidad esencial; que es lo que en comunión somos junto con el vecino, junto con los que habitan el otro extremo del planeta, junto a la vida toda desde el principio del tiempo hasta su retorno a lo intemporal.
    No hay otra vía válida alternativa que el externalizante mundo del ego pueda ofrecernos. Únicamente en la interna dirección honesta y humilde, la infinita conexión se hace evidencia y conciencia, tuétano y epidermis, integridad total de ser. Y es esta una conciencia clara, amorosa, en paz, plena de luz e inmensurable alegría, que se desliza por la vida humana sin pretender nada en particular; que como el agua va llenándolo todo, desde lo más bajo a lo más alto sin dejar ningún rincón inocupado, plenificándolo hasta rebosar... Y, de repente, la inacabable e inenarrable conexión con DIOS es una corriente de agua viva en la que nos encontramos vívidamente inmersos.
    Así que sencillamente aquietémonos, confiemos, no le demos significado a la engreída y mal disimulada flaqueza del ego que, en su angustiosa sensación de pequeñez, sólo busca sobresalir acercándose a quienes juzga descollantes para competir y combatir contra ellos. Permanezcamos, en consecuencia, humildes, generosos, alegres, pacientes, fraternos y calmos. Todo nos irá sustancialmente bien, porque ahora y aquí escuchamos al Corazón, a la voz santa del Espíritu de DIOS... a esa Guía Interna indivisible que lo interconecta todo desde el núcleo de los núcleos al infinito de los infinitos. 

KHAAM-EL


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