martes, 12 de febrero de 2019

EL AMOR ES LA MELODÍA DEL ALMA

   El corazón de las cosas comulga con lo esencial y despliega pureza y amor, porque eso que no puede verse ni tocarse, pero sí vivenciarse en profundidad, libera de cualquier distracción de la percepción, mostrando un bien y una hermosura que no pueden contenerse ajarse. Ahonda con firmeza en lo más profundo de tu ser. Atiende a tu alma. No te disperses. Hay en el corazón una música que acaba con todos los conceptos. Silenciando ese sordo fragor discursivo que agita la mente, podrás escucharla y, así, transmitirla mediante una resuelta actitud ante la vida. Compartirás dadivoso esa bendita música de íntima llenura, porque ahora, sin conceptos ni personalismos, por fin sabes que... disuelve todas las desconfianzas y rencillas con sus precisos arpegios; descarga de culpas e insidias con la pureza de su son; amansa la cólera y fulmina el estrés con un par de acordes; comparte dicha con generosa efusión; ahuyenta el miedo; destapa todas las vergüenzas, dejándonos felizmente desnudos e inocentes ante la verdad; resuelve todas las preguntas en una solución inmediata llena de alegría y libertad; acalla el ruido de la mente para inundarla de colorido, ritmo y auténtico significado; une con el prójimo en una danza de fraternal sintonía; sacia el hambre más voraz con una energía inagotable de confortadora plenitud; infunde coraje en las horas de vicisitud e incertidumbre; alumbra en medio de la mayor de las negruras, desvaneciendo depresiones y congojas mediante sus rotundas notas de despertar; salva del influjo de lo temporal con su intemporal cadencia de cohesiva compasión y comprensión sustancial; vivifica emitiendo su esencial nota en la sinfónica orquesta de la comunión del espíritu... La música del alma transmuta el sufrimiento en creativa bienaventuranza que nos dirige hacia el Cielo.

   Disfruta del silencio de la mente para poder escuchar la melodía que la esencia Divina te canta con infinita dulzura desde lo más hondo de tu corazón. Paúsate y oye... después sonará, como antes de todo antes, la Sinfonía de lo eterno... la infinitud del Ser.

   La música que, con corazón totalmente entregado, brota desde lo más profundo del alma es Amor. No le des más vueltas, y permítele sonar sin tardanza en tu cotidiano vivir. Da igual si el mundo te entiende o no; tú hazla sonar, y vive con apertura de mente, con corazón bravo y ánimo amigable. Lleno de fe. Lleno de lo innombrable e inefable. Nada puede ir mal cuando se acepta con alegría el flujo de la vida. Comparte esa esplendorosa esperanza de lo eterno que la melodía más íntima expresa sin cesar. ¡Que no pare la música! Sal al mundo y cántale sin remilgos, con pasión, con la entusiasmada vehemencia de lo imperecedero, con la irrefrenable expansión de la paz de espíritu, con toda la potencia de una entrega sin medias tintas. ¡Sí! ¡La música del alma es Amor! No la silencies por temor. Vive sin miedo, y canta y danza y confía y acoge y comparte y agradece y bendice y sonríe y ayuda y resplandece y libera... Sin dudas, ¡Ama!

KHAAM-EL



No retengas por más tiempo la música que de tu Alma brota.
Sí, déjala brotar libremente 
y la melodía del Amor te colmará en plenitud...




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