domingo, 7 de abril de 2019

SIN VICTIMISMO, PAZ DE ESPÍRITU

   Contempla como miras tu mirar y trasciende los límites de lo personal. Por mucho que el sufrimiento te desarbole el alma, siempre 'hay otra manera de ver el mundo' (Lección 33 de UCDM) porque lo que consideras externo a ti es, en realidad y desde cualquier perspectiva, inseparable de tus propios pensamientos. Indagar en la procedencia de los mismos, no enfrascándose en batallas inútiles con los efectos de éstos, es la dirección correcta para poder resolver las aparentes situaciones que tanto te exasperan. La guerra externa es una prolongación de la interna y el miedo que le tienes una fantasmal sombra del tuyo propio. Por eso desarraigar el miedo en su raíz devuelve la confianza en el Amor, que transforma lo percibido desde su origen para que vaya disolviéndose esa malicia surgida de la ignorancia del ego y su aparatoso mundo separado, y pueda, felizmente, retornar todo junto contigo al Cielo, a la pureza esencial del Ser, a la santidad de la vida eterna que trasciende cuerpos, circunstancias y tiempos, en un instante de perfecto perdón.

   Recuerda no olvidar que aquello que olvida lo eterno es un recuerdo inventado para olvidar; pudiendo rectificar, desde ahí, la infame creencia que sugiere que con la perspectiva personal podrías llegar a dilucidar entre lo conveniente e inconveniente. Aquieta tu ánimo con determinación y recuerda allende los olvidos para retornar así, de nuevo, a lo inolvidable. El velo que has de quitar para ver la luz es justo la idea que tienes de ti y que ha inventado el mundo que contemplas. Por tanto mantén viva en tu mente ideas base, esas que no se oponen a la verdad, liberadoras del victimismo atroz que tanto te duele, como por ejemplo: 'No soy victima del mundo que veo' porque 'he inventado el mundo que veo' (Lecciones 31 y 32 de UCDM). Y al estar, gracias a ellas, totalmente lúcido, comprendes -con indubitable sensatez- que lo esencial está en tu mente y no fuera de ella; experimentando, ante tal claridad interior, la plena conciencia de que en cualquier situación en la que parezcas encontrarte tienes la capacidad de elegir de nuevo y declarar: 'Podría ver paz en lugar de esto' (Lección 34 de UCDM). Y es en esa paz mental esa recién vivida, valorada y significada, donde se inicia el camino que conduce al despertar de la consciencia que imaginó encontrarse atrapada en el temporal sueño de los cuerpos separados, sintiéndose encerrada en un dolorosísimo y mortífero infierno que la oprime y desgarra. Así que, santo prójimo mío, no te demores por más tiempo buscando la salvación en lugares ajenos al aquí y ahora, o en relaciones especiales de ambivalentes resultados, y ve hacia el encuentro interior con la infinitud del Ser. Todo empieza con quien ves siempre en el espejo y acaba más allá de los límites que te impusiste. Sosiega tu mente y no le des alas al victimismo. Vive en el milagro... sigue su curso... su flujo purificador... su bendición universal... Todo el sufrimiento del mundo se salva con la salvación de tu propio dolor, desesperación o temor. ¿Quieres caminar la senda interior que te conduce al infinito Amor? Si así es, entonces, recuerda no buscar memorias en el olvido de lo real. No te quedes a medio camino, no valides al ego, ni propio ni ajeno; camina hasta el final... eres la luz, no te creas tus sombras... tu prójimo también es la luz, no le tientes a creer en sus sombras... sin lamentos, quejas, desconfianzas o resentimientos hay verdadera paz. Sí, sin el victimismo hay paz mental y, en ella, la salvación se despliega imparable hacia el Cielo.  Bendiciones.

KHAAM-EL



La mejor manera de ayudar al mundo 
es cambiando uno mismo el primero...
Sólo puede ayudar de veras el que se sabe a salvo...
Sólo puede Amar quien no escucha el miedo...
Sólo puede transmitir la Verdad quien no se autoengaña...

Abandonar el victimismo trae paz mental 
con la que poder perdonar la cruel ignorancia del ego.

Todos somos Hijos de Dios... 
Únete a tu prójimo en lo esencial y eterno
devolviéndole el recuerdo de nuestra sustancial santidad; 
nadie es indigno del Amor 
pues es nuestra naturaleza real, nuestra alma indivisa.

No te quedes parado y ve hacia la salvación...
comenzando por tu interior para llegar a lo infinito.




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