
¡Despierta! Jamás ha estado la alegría en el pasado ni tampoco puede estarlo en el futuro; ésta es sólo en el presente. Sin embargo, creer que halla fuera del presente apesadumbra el instante al instante, fabricando una situación absurda por querer experimentar la felicidad justo donde no está al desdeñarla donde si está. Por eso, creer en problemas es crearlos. Comprendamos, de una vez por todas, que deslomarse por bienes pasajeros es en verdad una estupidez. No sigamos al miedo y confiemos de corazón... Compartir la paz y la alegría de ser nos devuelve a la eternidad del Amor. Permanezcamos serenos y esperanzados en el ahora y, éste, al purificar nuestras mentes del temor y el resentimiento, nos trae auténticos milagros a nuestras, hasta ahora, sacrificadas y tristes vidas (correcciones de pensamiento que revierten el pensar personal, devolviendo a la mente obnubilada por los espejismos, al conocimiento real y a la experiencia viva de lo esencial, puro, infinito y universal). Sí, nunca han habido problemas reales para el Espíritu, porque el ahora y Dios no están separados. El tiempo y el espacio son aparentes, el ahora es la puerta a la eternidad. No nos retrasemos fabricando mañanas, soñando espejismos, y celebremos el presente con alegría... ¡Compartiéndola juntos! Todos somos no dos en lo santo. Celebremos unidos, como auténticos hermanos, Hijos de Dios. Celebremos la plenitud de Su Amor. Nada puede fallar si no dejamos que se inmiscuya la sensación de lo personal y sus recelos; pues, no es más (lo personal) que la percepción equivocada de una idea sin significado real. No nos separemos, en/con imaginaciones, del Amor de Dios y ahora siempre solo la Alegría en un presente de hermandad que ocupa todo el tiempo en el tiempo -de sol a sol y de luna a luna, más allá de las estrellas-, deshaciendo soledades y tristezas, para devolvernos a tod@s a lo santo e intemporal.
KHAAM-EL
Cantemos con Alegría, ahora, en paz...
y seamos felices porque así lo decidimos y compartimos.
El resto no sirve de nada.
Camina, pues, libre y hermanado;
más allá de las estrellas la Luz que no se apaga,
el Amor que todo lo abarca,
la Plenitud que eternamente nos bendice.
la Plenitud que eternamente nos bendice.
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